Los dragones se quedan con el nido

El Oporto remontó para levantar el título

El Oporto remontó para levantar el título / EFE

Albert Gracia

El Oporto logró este miércoles levantar una de las Primeiras Ligas más extrañas que se recuerdan. Por la Covid-19, por jugar sin la música de los aficionados, por el naufragio extraordinario de todo un Benfica, por la marcha durante el verano pasado de hombres capitales como Herrera, Felipe, Brahimi o Militao. Y por Iker Casillas. 15 meses después de despedirse del verde de Do Dragao, el de Móstoles regresó para celebrar el título con los suyos. Como uno más de la plantilla blanquiazul.

Horas después de levantar el trofeo, el guardameta se mostraba emocionado en ‘Instagram’: “El tiempo hace olvidar casi todas las cosas. Eso dicen. Y que es el mejor remedio para curar momentos desagradables. Hacía 15 meses que no había vuelto a pisar Dragao (allá por abril de 2019 jugué mi último partido frente a Santa Clara) y tengo que reconocer que me volví a emocionar”. 

La petición de la afición

Los aficionados, en redes sociales, le han pedido jugar un último partido para que esta Primeira Liga también lleve su nombre. Lo ha sufrido entre el vestuario y la directiva, mordiéndose las uñas viendo como el Oporto se la pegaba, renacía, se la volvía a pegar... Y volvía a renacer. Más fuerte que nunca. Ni el coronavirus le ha impedido al cuadro de Conceiçao levantar un título que ha ido remontando jornada a jornada.

Y es que en la 20 el Benfica ya llegaba a Do Dragao con aires de campeón. Tenía siete puntos de margen sobre los dragones y en Portugal ya andaban como locos por darle el título. Pero ese 3-2. Ay ese 3-2 lo que ha llegado a doler por Lisboa. 

Una gran remontada

El Oporto, contra viente y marea, creyó en sus opciones y trazó una remontada espectacular hasta llegar al confinamiento, donde los dragones ya estaban un punto por encima de las águilas. Luego se habló de ganar en los despachos, de que el Oporto prefería no terminar la temporada... 

Pero el fútbol volvió y con él el mejor nivel de los de Conceiçao.

Porque a pesar de la derrota ante el Famalicao que amenazaba tormenta, los dragones siguieron sacando sus partidos adelante mientras el cuadro encarnado se hacía el ‘hara-kiri’. La directiva de las águilas se ‘cargó’ a Bruno Lage. Cayó el técnico y cayó el equipo tras él. Los dragones, al final, se quedaron con el nido de las águilas.