Fali, en el vestuario del Barça B: "Vamos últimos. Quien no corra lo voy a reventar"

Fali, durante su época como azulgrana

Fali, durante su época como azulgrana / Ignasi Paredes

SPORT.es

Campeón del torneo virtual del Cádiz sin PS4 propia, casado a los 16 años, en el siglo XXI sin móvil… Rafael Jiménez, más conocido como Fali, es uno de esos personajes particulares que sorprenden cada vez que nos explican sus anécdotas.

El exazulgrana defensa del Cádiz se proclamó este sábado ganador del I Trofeo Carranza de eSports y concedió una entrevista en la radio COPE, donde contó una de esas anécdotas de lo más sorprendentes cuando llegó a Can Barça. Fichó por el Barça B en 2016 cedido por el Nàstic de Tarragona.

“Yo no estaba jugando mucho en el Nàstic, pero vino el Barça, que estaba jodido, y como nunca había imaginado jugar en un equipo como el Barça acepté encantado”, empezaba diciendo Fali. “Íbamos últimos en Segunda B y cuando llegué al vestuario estaba todo el mundo con la música puesta bailando y dije: ¿Pero esto qué es, aquí bailando y yendo últimos? Así que reventé el radiocasete ese que había y todos los chavales mirando. Yo tenía 22 años, pero parecía que tenía 35. Dije: “Esto no puede ser señores, ¡que vamos últimos! Aquí quien no corra lo voy a reventar. Y a partir de ahí ganamos siete partidos con la portería a cero, batimos el récord de Pep Guardiola y Luis Enrique, salimos del descenso y casi nos metemos en playoff. Al año siguiente me ofrecieron jugar dos allí y subí a Segunda con el Barça”.

Sobre su hazaña de alzarse como campeón del torneo virtual al ganar a Iván Jaime, del Málaga, Fali dijo que "he ganado el Torneo del Fifa sin consola, era del frutero, sin Wifi, se lo robé al vecino y con la tele rota antes del partido contra el del Oviedo. La niña le pegó un pelotazo y reventó la tele. La play se me jodió y un frutero de aquí de Cádiz que me hice amigo cuando llegué y me la dejó para terminar el torneo. Tengo mérito que con el que jugué la final, Iván Jaime había ganado al campeón de España”.

Mi vida daría para una película o un libro”, aseveraba el valenciano sin faltarle razón. Me casé a los 16 y fui padre a los 17, nosotros los gitanos nos casamos muy pronto; mi mujer tenía 14. He sufrido mucho en la vida, tengo 26 pero parece que tengo 35. Hasta que he llegado a Cádiz y el presidente me ha renovado cuatro años. Mi mujer no se despega de mí, ahora que está viviendo bien la gitana.”

El jugador contó también su primer día como jugador del Nàstic: “Fuimos a Tarragona con la furgoneta de mi padre. Nunca le habíamos echado más de 5 o 10 euros de gasolina a la furgoneta porque nos dedicábamos a la chatarrería con ella y con eso nos daba para todo, pero para un trayecto tan largo le dije de llenarla y la llenamos, pero reventamos el depósito y la aguja no subía”.

“Entonces no sabíamos cuánto nos quedaría para llegar o volver y nos quedaríamos tirados”, proseguía el defensa. “Tardamos más de cinco horas para llegar de Valencia a Tarragona y cuando el presidente del Nàstic y el director deportivo nos vio llegar con la furgoneta y salió mi tío, un gitano de dos metros, con la melena por el culo, con el escudo del Madrid tatuado en el gemelo... dijo el presidente: ‘¿Estos quién c*ñ* son?’. Para la vuelta le tuve que pedir dinero al representante porque no teníamos para volver, al menos para el peaje, era mi primer contrato profesional, nunca había ganado nada de dinero ni nada”.

Finalmente, el jugador dejó una promesa si marca un gol en la vida real: “Comprarme un móvil, porque no tengo móvil, no tengo redes sociales... si me estiráis un poco seguro que decís, ‘y este tío de donde ha salido’; el presidente me ha dicho que me va a comprar un móvil porque en mi vida he tenido, dicen que estoy loco”.