Astralis conquista el Major de Katowice

Astralis celebrando el título en el primer Major del año

Astralis celebrando el título en el primer Major del año / HLTV.

David Boti

David Boti

Ganan. Una vez más. Aunque suene repetitivo lo cierto es que, ahora mismo, no hay equipo de CSGO capaz de romper la hegemonía de este equipo. Y tiene pinta de que todavía les queda cuerda para rato con este 'roster'. Este pasado domingo, Astralis derrotó en la gran final del Major de Katowice en el Spodek Arena a ENCE por la vía rápida (16-11 y 16-4) con dos sólidas actuaciones en los mapas de Train e Inferno.

A pesar de que los finlandeses llegaban con el cartel de 'matagigantes' -eliminaron a Team Liquid en cuartos de final y a Natus Vincere en semifinales-, de nada les sirvió ante un combinado que no cedió un solo mapa en todo el torneo.

Astralis, como siempre, se lo tomó muy en serio y demostró con su juego que están a otro nivel. Juegan a otra cosa. Incluso la revelación del torneo no pudo hacerle frente y acabó llevándose una dura derrota en su primera final de Major. Plantaron cara en Train y estuvieron más cerca de lo que aparenta el resultado. En el segundo mapa, la historia cambió y los daneses ofrecieron toda una clase magistral en Inferno. 

MAGISK, UNA 'PERLA' MÁS

El mejor jugador del torneo fue Emil 'Magisk' Reif gracias a sus registros a lo largo de toda la competición. El joven danés de 20 años acabó con un rating de 1.28 en los once mapas disputados. Cuajó un gran torneo y en la final fue de lo más destacado de su equipo, especialmente, en el segundo y definitivo mapa (1.37). Desde su llegada a Astralis, 'Magisk' ya suma dos títulos de esta categoría, la más importante en este videojuego desarrollado por Valve.

Una vez más Astralis confirma que es el mejor equipo de todos los tiempos en este esport. Katowice se rindió a sus pies y cualquier buen aficionado al CSGO debería hacer lo mismo. Recital tras recital no se cansan de conquistar corazones y, en septiembre, buscarán su tercera corona consecutiva en Berlín. Un reto para la historia.