ESPANYOL

Roberto, entre la paciencia y la rebelión

Llamado a ser indiscutible en la portería del Espanyol, la llegada de Diego López tras jugarse dos jornadas de Liga apartó a Roberto del plano

Roberto, portero del RCD Espanyol

Roberto Jiménez, portero del RCD Espanyol / sport

Jordi Blanco

Roberto Jiménez mantiene la esperanza pero no promete una paciencia eterna.

Presentado como uno de los fichajes estrella del Espanyol en verano, apenas disfrutó de dos partidos antes de descubrir la llegada de Diego López y desde el 30 de agosto vive a la sombra del portero gallego.

Cuando decides ser profesional sabes que debes estar preparado para estas cosas” admitió este martes durante la presentación de sus nuevos guantes en Barcelona, aunque no quiso hablar de su futuro en el club si se mantiene en este segundo plano: “Yo lo que garantizo es seguir trabajando, pero no se puede aventurar nada. Hay que ver qué quiere el club, lo que haré yo…”.

Fichaje estrella en verano, dos partidos y ocho goles después llegó Diego López para apartarle del plano

Después de tres temporadas exitosas en Grecia, de haber enlazado los tres títulos de Liga con el Olympiacos y haberse reivindicado en la Champions ante rivales como JuventusBayernPSG,  Manchester United o ese Atlético de su niñez con el debutó allá por diciembre de 2005 (frente a Osasuna y que coincidió con la despedida de Carlos Bianchi), Roberto aterrizó en Barcelona con un fichaje de tres millones de euros que le entregaba, en teoría, la titularidad.

Dos partidos y ocho goles después al Espanyol llegó por sorpresa Diego López y la seguridad se evaporó. Ahí mantuvo una charla con Quique Sánchez Flores que le descubrió su nueva realidad. “Hablamos al acabar el mercado. Nos dijimos las cosas con confianza, claramente y sin problemas” explica ahora el portero.

La realidad, en el fondo, es que desde febrero de 2010, cuando el mismo Quique que le fichó para el Espanyol le abrió la puerta de salida del Atlético por la eclosión de De Gea Asenjo, el hábitat natural de Roberto fue siempre la titularidad.

"He estado muchos años jugando cada domingo. Ahora, del futuro, no se puede aventurar nada"

Cedido primero y traspasado después al Zaragoza, en La Romareda jugó 55 partidos antes de marchar al Benfica y ser indiscutible a las órdenes de Jorge Jesús durante un año, volver al Zaragoza y ser traspasado al Olympiacos en 2013 con el aval de Michel, a cuyo despido sobrevivió para decir adiós al cabo de tres años con 117 partidos y la consideración de héroe.

Hoy pelea por recuperar esa sensación y lo hace seguro, todavía, de poder convencer al entrenador que en verano avaló su fichaje. “Mantenemos una buena relación de trabajo pero yo, claro, debo intentar hacerle ver que puede contar conmigo” se reafirma Roberto, proclamando que sigue siendo el mismo que el día de su presentación, el que ganó tres Ligas en Grecia y fue presentado con todos los honores: “El mister ahora apuesta por otro y debo seguir… Pero yo tengo la misma capacidad y confianza que cuando llegué”.

Desde que en 2010 dejó el Atlético por De Gea y Asenjo, siempre fue titular. "No tengo que reivindicarme"

Incómodo aunque sereno, el madrileño evita dar la evidente sensación de fastidio, deportivo, que atraviesa desde ese 30 de agosto en que Diego López sustituyó en la plantilla a Pau López. “Lo que está claro es que necesitamos competir y yo trabajo para eso” afirma con parsimonia, rechazando que la posibilidad de jugar la Copa le represente la ocasión de reivindicarse: “He estado muchos años jugando cada domingo . Me conozco y tampoco es una cuestión de reivindicarme”.

La cuestión, quizá es otra. Mantener la paciencia, o no, hasta final de temporada y esperar a conocer qué pasará con Diego Lópezcedido por el Milan. De hecho, se aventura difícil sospechar que Roberto pudiera conformarse a estas alturas con un papel de suplente que hace demasiados años no conoce.