Palabra de director

La complejidad del 'caso Busquets'

Busquets, en un partido con el FC Barcelona

Busquets, en un partido con el FC Barcelona / sport

Ernest Folch

El ‘caso Busquets’ es más importante por lo que significa que por lo que en realidad es. El jugador ha empezado a recibir ofertas, y no precisamente menores, que llegan en un contexto donde él mismo ya no oculta su preocupación. Se le prometió una renovación, y ahora espera desde hace ya bastantes semanas que el club mueva ficha. El Barça, en cambio, está tranquilo y se muestra totalmente seguro, en público y en privado, de que el jugador terminará renovando. Lo que sucede es que hay un problema de tiempos: el Barça le pide un poco más de paciencia a la espera de la llegada del nuevo patrocinador y Busquets cree que las dos cuestiones deben desvincularse. El jugador está con la mosca detrás de la oreja, porque considera que se merece una mejora. Y lo más probable es que una inmensa mayoría del barcelonismo esté de acuerdo con él: Busi no tiene el cartel de un gran crack de talla mundial, pero en cambio sí puede competir con ellos en importancia. No hay más que ver qué sucede cuando está en el campo o cuando no está. Busquets es pura sabiduría táctica, y garantiza algo tan poco mediático como imprescindible llamado equilibrio. Dicho de otra manera: sin Busquets, el tridente tendría la vida mucho más difícil. Por lo tanto, es comprensible que pida una mejora. Pero en el ‘caso Busquets’ no se discute solamente el futuro de un jugador excepcional, sino que confluyen en él algunos temas decisivos. El primero de todos, el del patrocinador: que el club argumente que hay que esperar a cerrar el patrocinio como condicionante a una renovación indica que la presión sobre este punto es cada vez más angustiante, una vez se van sucediendo las semanas y el tiempo se echa encima. De fondo, está la masa salarial de la plantilla, cada vez mayor, en un contexto donde encima hay lista de espera para renovar, y donde la junta está curiosamente al límite de saltarse la famosa cláusula del Ebidta que ella misma luchó para incluir en los nuevos estatutos. La cuadratura del círculo se antoja muy difícil. De ahí la complejidad del ‘caso Busquets’, un caso en el que todos, incluido él, quieren un final feliz.