Jordi Farré: "Mi sueño de niño era convertirme un día en el presidente del Barça"

Jordi Farré confiesa a SPORT que lloró el día de la debacle ante el Bayern

Jordi Farré confiesa a SPORT que lloró el día de la debacle ante el Bayern / Maite Jiménez

Toni Frieros

Toni Frieros

Jordi Farré abrió las puertas de su casa de Taradell (Osona) en exclusiva para SPORT. Por primera vez un medio de comunicación comparte con él unas horas en su paraíso terrenal. Su extenso jardín desde donde se puede ver el Montseny, es el escenario de una conversación en clave azulgrana y electoral.

Se puede decir que usted es culé desde antes de nacer. 

Nací en el Hospital de la Cruz Roja, en Hospitalet, y de camino al Registro Civil está el campo del Barça. Lo que hizo mi padre fue pasar por el Camp Nou, hacerme socio, y luego registrarme como recién nacido. Además, como anécdota, nací el mismo día en que murió Franco y tengo la suerte de poder llamarme Jordi desde el primer día.

Entonces, ¿desde cuándo es socio?

Hace cuarenta y cinco años y unos días.

Usted ha 'mamado' barcelonismo desde sus primeros días de vida…

Así es, mi padre es un culé empedernido. De hecho, toda mi familia. Mi bisabuelo, nacido en Valladolid, ya fue socio. Mi abuelo, que murió hace unos meses con 98 años, era el socio setecientos y algo… Y según cuenta mi madre, que acompañaba a mi padre a los partidos, incluso me dio de mamar en el Camp Nou.

¿Cuál es su primer recuerdo en blaugrana?

Tengo vagos recuerdos, con unos cuatro años, del gol de Zuviría contra el Anderlecht, pero sí que me acuerdo con lucidez del día que secuestraron a Quini. Fue un shock para todos los culés.

¿Y su mejor momento?

El ‘Iniestazo’ de Stamford Bridge. Fue brutal, cambió el destino del Barça. De hecho, el eslogan de nuestra campaña es ‘La gran remontada’, y la primera imagen que se ve es de ese partido. Para mí es un momento mágico.

¿Cuando era niño, qué quería ser de mayor?

Quería ser presidente del Barça. Recuerdo quedarme embobado delante de la tele cuando hablaba Josep Lluis Núñez, por ejemplo. Quería ser como él.

¿Porqué tiene esta ilusión?

Siempre he querido gestionar el que para mí es el club más grande del mundo. El Barça es mi religión, mi manera de vivir y de disfrutar de la vida. Siempre que mi empresa me lo permite, viajo con el club y mi vida está muy ligada y adaptada al Barça.

¿Ha calculado cuántos viajes ha hecho con el equipo?

Aproximadamente 250. Pero no solo de futbol. He viajado toda Europa con el equipo de baloncesto, el de balonmano o el de hockey. 

¿Ha llorado usted por el Barça?

Sí, además recientemente. El día del 8-2 contra el Bayern. Mi pareja me vio llorando y me dijo que, al fin y al cabo, solo era un partido de futbol. Pero como ya he dicho antes, el Barça es mi manera de vivir. Fue muy duro.

Usted ha hecho locuras por seguir al FC Barcelona…

Sí, muchas. La más inconsciente fue saltarme un Consejo de Administración de una multinacional para la que trabajaba con 23 o 24 años para ir a ver al Barça al campo del Chelsea. Me podría haber costado muy caro, al fin y al cabo era directivo. 

Se presentó a las elecciones del quince y no pasó el corte de las firmas. ¿Fue una decepción?

Para mí fue una campaña mágica. No nos conocía nadie y conseguimos reunir 2.033 firmas, además de presentar un patrocinador. Dimos un vuelco a la precampaña y estuvimos a menos de 400 firmas de conseguirlo. Éramos la novedad, la gente nos entendió y nos dio su apoyo. No fue suficiente pero aún así fue muy positivo.

¿Ha estado trabajando desde 2015 pensando en el próximo 24 de enero?

Hemos estado trabajando desde entonces, sí, pero procurando no estar en los medios. Creo que el Barça no necesita ruido ni oposición constantemente. Tuve la posibilidad de conceder muchas entrevistas, de ir a muchas emisoras, tertulias, etcétera, pero siempre he querido mantenerme al margen porque pienso que no es bueno para el club que, cuando acaba el periodo electoral, los candidatos sigan en medio, casi molestando a la institución, diría yo.

¿Considera que esto que dice es compatible con presentar una moción de censura tras el 2-8?

Por supuesto. Cuanto más reflexiono sobre ello más cuenta me doy de lo necesario que fue. Fue arriesgado, mucho, porque tenía poco que ganar y muchísimo que perder, pero aún así antepuse los intereses del Barça a mis intereses personales. Incluso algunos compañeros de proyecto eran reacios a hipotecar nuestro futuro en caso de que saliera mal. Pero yo lo tenía claro: el club necesitaba que esta directiva se marchase y ha sido lo mejor, incluso para la propia directiva saliente.

¿Por qué lo dice?

El Barçagate, la situación económica, el caso Messi, el 2-8… Era completamente insostenible.

Teniendo en cuenta que han ganado un mes y medio, ya que las elecciones estaban anunciadas para marzo, ¿ha valido la pena?

De hecho hemos ganado seis meses, porque el presidente electo no hubiese entrado hasta el uno de julio. Además, si el presidente de la Comisión Gestora hubiese hecho lo que debía hacer, que era convocar elecciones inmediatamente, hubiésemos tenido presidente esta misma semana, habiendo adelantado casi ocho meses el periodo electoral.

¿Cree que Tusquets se ha extralimitado en sus funciones?

No lo sé, pero lo que está claro es que se ha equivocado al no convocar elecciones el primer día. Los estatutos son claros, y dicen que el presidente de la Comisión Gestora debe administrar lo mínimo necesario para asegurar la continuidad del club. En ese sentido, quizá se pueda interpretar que se ha extralimitado, pero insisto: su gran error fue no convocar elecciones.

¿Conoce con exactitud la realidad económica del club?

Tenemos información, pero la realidad, al detalle, no la conocemos. De hecho, lo primero que haremos si entramos será pedir documentos, balances, auditorías… Y, por cierto, el club aún no ha presentado los números de este año a los socios. 

¿Por qué considera que el Barça está en una crisis institucional?

Es algo que ya he vivido en mis propias carnes durante el voto de censura. Sabemos la relación que tiene el club con la Generalitat, con la Liga, con la UEFA, con el Ayuntamiento… Ahora mismo el club no tiene buena relación con ninguna de estas instituciones. De hecho, el club aún no dispone ni de licencia de obra para el Espai Barça. Eso indica que no tenemos capacidad de influencia en ninguna administración, y hay que corregirlo inmediatamente.

¿Y como calificaría la situación deportiva?

En este aspecto no soy tan catastrófico. Creo que tenemos una buena plantilla, y que se debe crear un equipo en el que Leo Messi no tiene que ser el eje central donde recaiga todo el peso, sino más bien la guinda del pastel. La opinión de la persona que hemos contratado para la dirección deportiva es que el equipo tiene mimbres, pero que faltan detalles por pulir, como por ejemplo la llegada de un central, un delantero centro y un lateral izquierdo. Pienso que tenemos plantilla suficiente para que el año que viene, retocándola, tengamos un equipo ganador.

Ha dicho en repetidas ocasiones que ha hablado con el entorno de Klopp. ¿Cree que es una falta de respeto hacia Koeman?

No, porque cuando lo dijimos, Koeman aún no estaba contratado. Desde el día en que ficha por el Barça, estoy con él. Ronald es una leyenda del Barça, es un tipo valiente, tiene un proyecto y está apostando por los jóvenes. Hoy por hoy, él es nuestro entrenador y lo primero que pretendo hacer a nivel deportivo es reunir a Koeman y a nuestro director deportivo y ver si se pueden ligar los proyectos. Y también hay que ver si Koeman se quiere quedar con nosotros. Al final, se trata de dos partes y ambas deben estar a gusto.

¿Se reafirma en que si usted es presidente del FC Barcelona el 24 de enero, Messi renovará?

Espero y deseo que así sea, y casi se lo puedo confirmar con seguridad.

Ha mencionado el Espai Barça. ¿Qué hará usted con este proyecto si es presidente?

El Espai Barça debe ser el motor de la recuperación económica del club, por lo tanto debería empezarse inmediatamente. El único tema que hay que estudiar a fondo es el contrato de Goldman Sachs. Pienso que hay que cambiar el modelo de crédito por el modelo de concesión.

Explíquese…

Una concesión, por 25 años, de los nuevos espacios del Espai Barça. Que la deuda la asuma el concesionario y que se nos pague un canon fijo. Lo estamos trabajando y cuando lleguemos lo estudiaremos.

Usted hizo una propuesta sorprendente. Dijo que el Barça debía cortar lazos con Nike y vestir una camiseta que se fabrique en Cataluña.

El Barça tendría que vestir bajo una marca propia, llámese Barça, Gamper o como usted prefiera. La prueba de eso son las mascarillas. El Barça ha fabricado 400.000 mascarillas, y Nike no nos ha hecho falta para nada. Eso son cuatro millones de ingresos para el club. Al final, la ropa que se vende en tiendas Nike es un porcentaje bajo y la distribución no la gestiona Nike, sino una empresa de Sallent.

¿Y Rakuten?

Tampoco es mi proyecto. El Barça no puede vender en Amazon debido al contrato con Rakuten. Eso habría que replantearlo. Estamos capacitados para ofrecer un proyecto ‘Marca Catalunya’ porque lo necesita el país y porque estaremos exigiendo al país la confección de la ropa del Barça, que generará entre tres y cuatro mil puestos de trabajo.

¿Qué opina del Barça Corporate?

Es básico para nuestro futuro, es una nueva manera de ingresar dinero. Barça Studios también es muy interesante. Tengo más dudas con el Barça Innovation Hub, no sé si el club debe hacer el papel de inversor o simplemente ser un gestor de ideas. Pero en general, el Barça Corporate es muy interesante y tendrá mucho peso en nuestro proyecto.

¿Por qué el socio del Barça debería votar a Jordi Farré?

Porque somos el nuevo proyecto, un soplo de aire fresco. Creo que el ciclo 2003-2020 se ha terminado. Si se fija, todos los demás candidatos salen del Elefant Blau, no hay ni uno nuevo. Somos la única candidatura que ha presentado un equipo de catorce personas, todas ellas empresarios que han conseguido todo lo que han conseguido por méritos propios, y tenemos los recursos, las ganas y la fuerza para liderar el Barça. Y lo más importante, un proyecto. 

¿Qué hará si no gana?

Me iré a mi casa y probablemente no nos volveremos a ver más.

Caixa o faixa…

Así es, si en dos veces los socios no me han dado la confianza creo que no tiene sentido intentarlo indefinidamente. En 2015 no nos conocían y, sin embargo, nos sentimos apoyados, y por eso hemos vuelto. Ahora nos conocen bien y si los socios deciden no apoyar nuestro proyecto, lo lógico es hacerse a un lado.

¿Por qué no se ha aliado con ningún otro candidato?

Nosotros tenemos nuestro proyecto y no encuentro sentido a dejar de trabajar con mi equipo para, como decía anteriormente, unirme a otra persona que sale del mismo sitio que todos los candidatos y presidentes de la etapa 2003-2020. El club necesita alegría, ilusión, caras nuevas y un proyecto ganador. Es lo que ofrecemos.