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"Mezclar deporte y política no es bueno"

Enric Masip disfruta del verano sin agobios ni prisas. Saborea el descanso estival en la ciudad, donde acude regularmente al Arsenal o al Club Bonasport para cuidar y mantener su espectacular forma física. Sigue ‘enganchado’ al balonmano y al Barça, aunque ahora a cierta distancia

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Ramón Palomar

¿Sus vacaciones soñadas?

Cualquiera en las que esté incluido el deporte. El relax me gusta, pero para mí es básico poder practicar deporte y descansar bien. El dormir es básico. Me va mucho la caña, pero necesito mis horas y poder realizar actividad física a diario.

¿Necesita poco para disfrutar del verano, no?

La verdad es que sí, pero los que hemos sido deportistas profesionales nos hemos acostumbrado a una rutina. Yo, como no tengo segunda residencia ni casas de verano, esta poca obligatoriedad de ir a algún sitio me permite disfrutar de las cosas sin demasiados planes. Para mí es relax, porque no me obliga a nada...

No es de los que repiten vacaciones en el mismo sitio, vamos...

Para nada. Solo tengo un fijo en verano, el campus que organizo desde hace 18 años en Andorra. El resto, no tengo nada planeado de manera anticipada. Me agobia hacer planes de verano.

¿Cómo se planteó trabajar en un campus para niños?

Fui a Andorra a realizar un clínic y me propusieron organizar ese campus en Andorra, aunque quise organizar uno diferente, el de los valores, de estar cerca de los niños, cosa que valoran muchísimo. 

¿Añora la competición? 

Mantengo el mismo espíritu competitivo de entonces. Me he acostumbrado a competir y me lo paso bien. Ya no es tanto ganar o perder, sino competir. Lo que detesto son los partidos de ‘costellada’.

Fue uno de los míticos jugadores del Dream Team. ¿Mantienen el contacto?

Sí, continúo en contacto con Chepkin, Garralda, Svensson…aunque cada uno tiene su vida y la distancia siempre es un impedimento. Pero nos llamamos a veces.

¿Qué le ha dado el Barça?

La oportunidad de defender a un club modelo, y eso es un orgullo, porque no solo he logrado triunfos deportivos sino que también como defensor de un club que iba más allá del deporte. Ahora es una entidad mucho más global. El Barça de entonces tenía un significado especial porque podía responder a una inquietud política que no se podía manifestar de otra manera. Muchos medios también habían utilizado el ataque al club por intereses políticos.

¿Se siente identificado con ese mismo criterio que aplicó Joan Laporta como presidente? 

Con Jan, siempre me he sentido más unido por nuestro buen rollo y el trato que tuvimos en el club. Más allá de hablar de independentismo, yo soy muy catalanista y lo sigo siendo, pero entiendo que mezclar deporte y política no siempre es bueno. Me parece bien que el club salga en defensa de poder lucir las esteladas, y en otras situaciones, quizá no. Lo que sí hay que hacer es posicionarse y estar en un sitio o en el otro. Lo que no valen son las ambigüedades. A la hora de la verdad, falta pasión, falta sentimiento, falta liderato.

Por eso está a su lado... 

Siempre me ha gustado su defensa del club, de los jugadores y de todos los miembros del club. Algo que le honra, independientemente de que sus ideales políticos van más allá de los míos. Yo soy catalanista, pero no tan radical como otros.

¿Le gustaría volver al Barça?

El Barça ha sido como mi segunda familia. Yo he pasado allí muchas más horas que en mi casa. Eso marca mucho. Siempre me gustaría poder representar al Barça, pero sufrí mucho después de mi salida del club después de tantos años y eso marca mucho.

Se le ve aún dolido...                                                                                                                                                                              Es difícil encontrar a una persona más ‘culé’ que yo, pero siento que se me ha roto la pasión por cómo salí y por cómo me he sentido tratado. Una de las cosas que me saben peor es que la gente tenga una imagen mía equivocada por lo que ha podido leer en la prensa.

¿Son situaciones que uno no puede controlar, no?

Al final, la historia es la historia. Solo hay que ir a la hemeroteca y repasar los vídeos y la historia para saber lo que hecho por el Barça.

Su camiseta cuelga del Palau...

Es muy importante y para mí es una gran satisfacción, pero la historia deja a cada uno en su sitio. La camiseta se puede retirar del Palau pero la historia no se borra. Yo, por el Barça me he dejado la vida y la espalda (ríe). Tuve que retirarme por una hernia discal.

Cuente algo que la gente quizá no sepa.

Mi último partido oficial fue en la Copa del 2004. El seleccionador me animó a ir a los Juegos de Atenas. Le di las gracias, pero le dije que para mí era muy importante que mi último partido oficial fuera con el Barça. Lo tenía clarísimo.

¿A qué se dedica ahora?

Tras salir del Barça, monté un despacho con cuatro personas que venían de la banca privada y levantamos una agencia financiera y, ahora, una agencia de valores. Llevamos rentas patrimoniales.

Físicamente, se le ve muy bien...

La mente y el cuerpo deben ir a una. La mente domina todo lo que hace el cuerpo. La cabeza te ayudar a hacer muchas cosas. Para mií el secreto es la parte física, con entrenamiento diario, un hábito de trabajo, y luego el tema de la alimentación. Siempre he comido de manera sana, aunque con el tiempo he ido eliminando cosas que son nocivas para el cuerpo.

¿Su plato ideal del verano?

Me tomo un gazpacho o verdura, y pescado. No tomo nunca fruta en las comidas ni cenas, pero sí entre horas. No bebo bebidas azucaradas, muy poco alcohol y mucha agua. Nada de bollería y muy poco embutido. Ahora peso tres quilos menos que cuando jugaba y han pasado 14 años 

Lo normal es engordar...

Sí La clave es dormir muchas horas. Con casi 47 años, me siento orgulloso porque me cuesta pero me gusta y me siento feliz haciendo deporte en el gimnasio o cualquier actividad.