El cierre del CAR de Sierra Nevada interrumpe preparación de 150 olímpicos

Jessica Vall

Jessica Vall , en acción / sport

EFE

El estado de alarma decretado en España por la pandemia de coronavirus ha provocado el cierre de todas las instalaciones deportivas del país, entre ellas el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sierra Nevada, donde alrededor de 150 deportistas ultimaban su preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

La privilegiada ubicación del CAR de Sierra Nevada, situado en pleno macizo granadino a 2.320 metros de altitud, provoca que su índice de ocupación sea siempre alto, pasando al completo en todos los meses tanto de los años olímpicos como preolímpicos.

Por eso el cierre obligado por la crisis del coronavirus de la instalación, inaugurada en 1992 y considerada una de las mejores de Europa, ha obligado a la salida precipitada de alrededor de 150 deportistas, más sus técnicos, que afrontaban un momento trascendental de su preparación para Tokio 2020, confirmaron a Efe desde el propio CAR.

Atletas, ciclistas, luchadores, nadadores y deportistas de otras muchas disciplinas procedentes de más de una decena de países de casi todos los continentes se vieron sorprendidos por el estado de alarma decretado por el Gobierno español.

Todos se vieron obligados a parar sus entrenamientos y abandonar el CAR de una Sierra Nevada que también ha cerrado a cal y canto todos los servicios de la estación de esquí.

De los últimos en marcharse fueron los integrantes de la selección española de natación, entrenados por Fred Vergnoux y con Mireia Belmonte y Jessica Vall a la cabeza, que en principio tenían previsto continuar su preparación en el CAR de Sant Cugat pero que también se toparon con el cierre de la instalación barcelonesa.

Los nadadores españoles llevaban varias semanas entrenando en tierras granadinas, donde completan gran parte de su preparación cada año, especialmente en vísperas de las grandes competiciones.

Ahora se han encontrado, igual que el resto de deportistas, con una situación tan anómala como inesperada, sin sitio donde entrenar a sólo unos meses de unos Juegos Olímpicos que, por ahora, siguen adelante en las fechas previstas.

El cierre indefinido del CAR de Sierra Nevada afecta a los que estaban y a los que iban a venir, ya que en las próximas semanas se esperaba la presencia de otros muchos deportistas olímpicos y paralímpicos tanto españoles como de otros muchos países, ya que el cartel de completo estaba colocado hasta el próximo otoño.

La instalación, dependiente del Consejo Superior de Deportes (CSD), cuenta con más de medio centenar de trabajadores, los menos pertenecientes al propio CSD y los más empleados de otras empresas que gestionan distintas área del centro mediante concesión administrativa.

En el CAR de Sierra Nevada no se ha producido ningún caso de coronavirus pero el estado de alarma decretado en el país ha obligado hasta que se normalice la situación a su cierre y su desalojo, una situación inédita en sus casi treinta años de vida y de consecuencias impredecibles para deportistas y trabajadores.