El Flamengo fulmina a su entrenador

Renato Portaluppi es la primera víctima que provoca la derrota en la final de la Libertadores contra el Palmeiras

El técnico gaucho, muy criticado por la torcida, no dirigirá al Flamengo en sus últimos cuatro partidos ligueros

Renato Portaluppi durante la final de la Libertadores en Montevideo

Renato Portaluppi durante la final de la Libertadores en Montevideo / SPO

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Renato Portaluppi dejó de ser entrenador del Flamengo este lunes. El entrenador gaucho, que había llegado al banquillo rubronegro a mediados de julio, fue cesado de sus funciones tras el histórico fiasco en la final de la Copa Libertadores antes el Palmeiras (2-1).

El ex entrenador del Gremio llegó a la final de Montevideo en una posición muy debilitada, después de perder las opciones de revalidar el Brasileirao, que el Flamengo había ganado en las dos últimas ediciones, y de caer eliminado en las semifinales de la Copa do Brasil ante el Ath. Paranaense. Después del 0-3 del Furacoao, Portaluppi llegó a presentar su dimisión en caliente pero no fue aceptada por la dirección del club carioca.

El adiós del técnico, que solo tenía contrato hasta diciembre, fue anunciado en un escueto y frío comunicado de prensa. Con la anticipación de su despedida, el Flamengo evita que el partido del Brasileirao de este martes en Maracaná ante el Ceará se convirtiera en un linchamiento del técnico a manos de una torcida que lo señala como el máximo responsable del desplome del equipo en la recta final de temporada.

El auxiliar Mauricio Souza, que había entrado el equipos Sub-20 poco tiempo atrás, dirigirá al Mengao en este lánguido final de temporada que suena a fin de ciclo.

Si los rubronegros no consiguen la victoria este martes, el At. Mineiro, de Hulk y Diego Costa, se convertirá matemáticamente en campeón, cincuenta años después de su último título liguero.

Portaluppi se marcha del Flamengo sin ningún título y con un balance de 38 partidos dirigidos con 25 victorias, ocho empates y cinco derrotas, la más dura de ellas, sin duda, la de la final de la Libertadores, que rompió una racha de cuatro años de invencibilidad de los rubronegros ante el Palmeiras.