¿Cómo funcionan las vacunas?

Cómo funcionan las vacunas

Cómo funcionan las vacunas

Las vacunas representan uno de los avances médicos más importantes de la historia. Hasta tal punto que un virus como el sarampión, hoy parcialmente controlado en las sociedades que poseen vacunación, no así en sociedades carentes de ella, se cobró doscientos millones de vidas en el pasado. Lo mismo pasa con otras variedades de virus como la varicela, la rubeola o la fiebre amarilla, por citar solo algunas. Tan importantes son las vacunas que en estos momentos son nuestra mejor arma contra esta pandemia mundial de Covid-19 en la que nos encontramos inmersos. ¿Pero cómo funcionan exactamente las vacunas?

Para comprenderlo necesitamos entender cómo funciona nuestro sistema inmune. Y en eso puede ayudar la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). "Cuando un virus nos infecta, nuestro sistema inmune detecta su presencia y genera dos tipos de respuesta: por un lado, produce unas proteínas llamadas anticuerpos que se unen a las proteínas del virus para neutralizarlo y así evitar que pueda infectar a nuevas células; y por otro, estimula unas células denominadas citotóxicas, que tienen capacidad de reconocer células infectadas por el virus y matarlas antes de que puedan liberar más virus".

En este sentido, las vacunas funcionan de una manera aparentemente sencilla: contienen esa proteína del virus invasor, las introducen en nuestro organismo y este elabora sus propias proteínas neutralizantes, así como células citotóxicas capaces de acabar con las células ya infectadas. De esa manera, "si una persona que está vacunada se infecta después, antes de que el virus pueda multiplicarse a gran nivel para causar una enfermedad clínica, los anticuerpos y las células citotóxicas generados por la vacuna se unen a las proteínas del virus bloqueando la infección y evitando la enfermedad clínica", explican desde la AEMPS.

En el caso concreto del virus SARS-CoV-2, responsable de la actual pandemia, una de las más importantes y expandidas de la historia reciente, la proteína crítica es la proteína S. Este es el motivo por el que la gran mayoría de vacunas disponibles contra el coronavirus están basados en producir respuestas inmunitarias a esta proteína. En todos los casos, y sin excepción, las vacunas contra el Covid-19, del mismo modo que todas las demás vacunas existentes, contienen únicamente una porción del virus y no el virus completo. Esto imposibilita que las vacunas puedan producir la enfermedad del coronavirus.

Pero el desarrollo de las respuestas inmunitarias propias no ocurre de inmediato. Como aseguran desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, "por lo general, después de la vacunación nuestro organismo demora algunas semanas en producir linfocitos T y linfocitos B". Esa es la razón por la que puede que "una persona se infecte con el virus que causa el COVID-19 justo antes o justo después de vacunarse, y que se enferme porque la vacuna no tuvo suficiente tiempo para generar protección". También es habitual la presencia de síntomas como la fiebre, "señal de que el organismo está desarrollando inmunidad".