Valverde y Zidane, dos entrenadores con el equilibrio por bandera

Albert Gracia

Un nuevo clásico aparece en escena para despedir el 2017. Dos clubes históricamente rivales que poco a poco se han ido pareciendo cada vez más, especialmente en cuanto a juego se refiere. Ernesto Valverde y Zinedine Zidane comandan dos conjuntos que han tenido una evolución muy distinta en cuanto a resultados pero muy semejante en cuanto a disposición táctica y estilo de juego.

Tanto el 'Txingurri' como el francés se han visto obligados a mover el esquema de juego para poder sentar las bases de un equipo equilibrado, con olfato goleador y que conceda las mínimas ocasiones de gol. Las lesiones de Bale y Dembélé han provocado que ambos entrenadores muten el famoso 4-3-3, con tres puntas bien claros, a un 4-4-2 que les permite ser dos conjuntos mucho más compactos. Por lo tanto, dos lesiones inoportunas que les han favorecido a la hora de formar dos equipos más acordes a la idea de juego de ambos técnicos. 

Los inicios de Valverde en Can Barça

Valverde llegó a Barcelona para volver a retomar el camino del ADN Barça: un juego de toque y de posición que había perdido con la MSN y con un Luis Enrique que se sentía más cómodo con otro estilo más directo. La marcha de Neymar deshizo completamente la extraordinaria tripleta ofensiva del conjunto azulgrana y obligó al extremeño a renovarse.

Dembélé aterrizó en la ciudad condal para hacer olvidar al brasileño pero la realidad es que la lesión que sufrió en su tercer partido hizo que Valverde considerara la opción de reforzar el centro del campo. Y lo cierto es que no le ha ido nada mal. Pese a que en sus primeros partidos sin el francés el 'Txingurri' continuó con su idea de apostar por el 4-3-3 asimétrico, sin extremo izquierdo, lo cierto es que su idea ha ido cambiando con el paso de los partidos. 

El Metropolitano, un punto y aparte

Y ese cambio se produjo en el Wanda Metropolitano. La desconfianza en jugadores como Deulofeu, Aleix Vidal o Paco Alcácer para ser los complementos de la dupla Suárez-Messi forzó a Valverde a utilizar un cuarto centrocampista, André Gomes, que jugó por la banda derecha. La presencia del portugués para reforzar la medular le dio al cuadro azulgrana una seguridad defensiva que no podía lograr con el famoso 4-3-3. Así, desde aquel encuentro, el técnico extremeño ha sido partidario de apostar por este nuevo esquema de juego, especialmente ante rivales de mayor entidad como Juventus, Valencia o Athletic.

En todos estos enfrentamientos Valverde ha utilizado a hombres como Paulinho, André Gomes, Sergi Roberto o incluso Denis Suárez para formar una línea de cuatro centrocampistas y dejar las bandas totalmente libres para los laterales, que se han convertido en dos grandes bazas ofensivas, especialmente Jordi Alba. Así, la lesión de Dembélé. La media Busquets, Rakitic, Paulinho e Iniesta ha ganado enteros y son los serios candidatos a formar el centro del campo en el Bernabéu, con Messi y Suárez arriba. 

Zidane, sin bale, apuesta por el 4-4-2

Zidane también ha seguido una línea muy parecida a la de Valverde. Motivado principalmente por las lesiones de Bale para pasar a formar un 4-4-2 en rombo que a la postre le ha servido para llevarse dos de las últimas tres Champions League.

La presencia del malagueño en la mediapunta le ha brindado al cuadro blanco más fantasía en la zona ancha del campo y le ha permitido nutrir la zona ancha del terreno de juego para dar mayor libertad tanto a los laterales como a los jugadores de ataque. Zidane ha apostado por este esquema en la gran mayoría de encuentros, especialmente ante rivales de entidad como Borussia Dortmund, Tottenham, Manchester United o Atlético de Madrid.

El hecho de que la BBC no haya disputado ni un solo encuentro ha obligado a Zidane a incluir cuatro centrocampistas, ya que Lucas Vázquez no ha tenido demasiado protagonismo siendo el relevo natural del galés. Marco Asensio ha ido entrando y saliendo del equipo. El balear ha jugado la mayoría de encuentros más como cuarto centrocampista que como tercer delantero. 

Casemiro, Kroos, Modric e Isco se han hecho dueños del centro del campo, dejando a Benzema y Cristiano arriba. La presencia de un tercer hombre en ataque tan solo se ha producido ante rivales de menor entidad como Málaga, Getafe o Levante, con la única excepción del partido ante el Sevilla en el Bernabéu. 

El equilibrio, seña de identidad de ambos

Así, ambos entrenadores se han convertido en grandes 'equilibristas' que han primado el equilibrio del equipo a la imprevisibilidad y la verticalidad en ataque. Las lesiones y sanciones que han ido arrastrando a lo largo de la temporada también han favorecido a que tanto Valverde como Zidane impongan su lógica y apuesten claramente por un 4-4-2 más conservador y menos dependiente de las tripletas atacantes.

Las recuperaciones de Dembélé y Bale marcarán el camino: seguir con los cuatro centrocampistas o volver al 4-3-3. Esa duda se despejará en las próximas semanas.