Xavi, listo para asumir el reto de su vida

El egarense se ve capaz de devolver al Barça al lugar que le corresponde tras su paso por Catar

Se inició en el alevín y estuvo 17 temporadas en el primer equipo. Nadie como él conoce el club

Xavi: "Volver al Barça sería un paso ilusionante en mi carrera"

Xavi Hernández habló de su futuro una vez finalizó el duelo entre el Al-Sadd y el Al-Duhail / ESPORT3

David Salinas

David Salinas

Xavi Hernández se despidió de la afición barcelonista como un campeón el 23 de mayo de 2015. El Camp Nou, que recibió la visita del Deportivo, aprovechó el partido para decir adiós con todos los honores a su capitán. Levantó el trofeo de la Liga 2014-15 con una pancarta gigante de su figura (con el ‘6’ en la camiseta) y no pudo contener las lágrimas, embargado por la emoción del momento. “Me habéis hecho el hombre más feliz del mundo. Muchas gracias de todo corazón”, dijo el ‘máquina’ dirigiéndose a la grada, para añadir: “no sabéis lo orgulloso que estoy de ser jugador del Barça. Somos el mejor club del mundo. ¡Digan lo que digan!”.

Más de seis años después, Xavi está de vuelta y dispuesto a asumir un reto mayúsculo: encumbrar nuevamente a su Barça tras una caída en barrena en resultados y estilo de juego. El egarense se ve capaz de devolver al equipo al lugar que le corresponde después de dos años y medio dirigiendo al Al-Sadd catarí y acumular experiencia a lo largo de su trayectoria como jugador. Entonces ya se le podía ver dando consejos tácticos a sus compañeros. Era la extensión del entrenador en el terreno de juego.

Preparado

Nadie como Xavi conoce el famoso entorno del FC Barcelona. Se forjó en las categorías inferiores de la entidad como alevín y llegó al primer equipo la temporada 1998-99, con Louis van Gaal en el banquillo. Estuvo 17 cursos en la elite azulgrana y, hasta el pasado curso, fue el jugador con más presencias (767), superado por Leo Messi (778). A lo largo de este tiempo se empapó con lo mejor de los técnicos que lo dirigieron, desde Louis van Gaal a Luis Enrique Martínez, pasando por Frank Rijkaard y Pep Guardiola, entre otros. De los estrategas de la selección española también sacó valiosas enseñanzas, especialmente de Luis Aragonés.

Con la presencia de Xavi el Barça se asegura recuperar la esencia de un estilo que se ha demostrado altamente efectivo y ganador. Con el egarense en el banquillo el equipo está llamado a tener más orden y coherencia porque una de las premisas de Xavi es mantener la posesión del balón el mayor tiempo posible. Es su obsesión. De hecho, cuando era jugador, solía asegurar que se desesperaba cuando daba un mal pase. Es un perfeccionista y lo analiza todo, también cuando era futbolista. Su control sobre el juego era total.

Trabajo, trabajo y trabajo

La afición espera que Xavi obre milagros de un día para otro, pero el vallesano sabe que eso no será posible sin estabilidad ni líderes sobre el campo. Cuando el Barça dejó atrás la triste y depresiva travesía por el desierto (cinco años sin títulos) fue gracias a la estabilidad, con la llegada de Frank Rijkaard y Ronaldinho al Camp Nou. Y se tardó un año en ver los resultados. El equipo creció a través de la posesión, monopolizando el balón y convirtiéndose los delanteros en los primeros defensores.

Por el mismo proceso pasó el Barça de Pep, aunque acelerado. El equipo del de Santpedor empezó con muchas dudas, una derrota en Soria y un empate en el Camp Nou contra el Racing, pero nada fue casual: detrás de aquel equipo hubo un gran trabajo táctico, también físico y mental. A partir de aquí llegó la superioridad, los resultados y los éxitos. Todo se unió: una calidad excepcional en la plantilla y la alineación de los astros.

Pasión y compromiso

Sin embargo, Xavi tiene muy claro que el fútbol, por mucha calidad o talento que tenga el jugador, hay que disfrutarlo. Entiende que para rendir a un alto nivel hay que jugar sin complejos, con libertad, respetando los códigos de este deporte, pero, a la vez, divertirse como si se estuviera jugando con los amigos. Sin pasión y compromiso, el fútbol es menos fútbol y, en consecuencia, el rendimiento no puede ser el mismo, ha asegurado en alguna ocasión.

De todas formas, aunque Xavi dejó Catalunya en 2015 para seguir jugando primero y dirigiendo después en Catar, su corazón siempre permaneció en Barcelona.