EL ANÁLISIS

Suárez encajará con sacrificio colectivo

Un crack de la talla del uruguayo siempre suma en un equipo obligado a incorporar delanteros de primera línea, de los que marcan diferencias

Messi, Neymar y Suárez suman un gol en 180 minutos juntos

Messi, Neymar y Suárez suman un gol en 180 minutos juntos / sport

PICHI ALONSO

Una hora en el Santiago Bernabéu y los noventa minutos frente al Celta han abierto el primer debate alrededor de Luis Suárez. Su adaptación al sistema del equipo, su integración en el tridente de lujo junto a Leo Messi y Neymar ya está en boca de todo el mundo.

El debate es perverso si tenemos en cuenta que llega justo después de dos derrotas dolorosas y sin atisbo de un gol de Luis Suárez. El encaje del uruguayo se prolongará hasta que las victorias se consumen y el trío de delanteros del Barça haga añicos a la defensa de turno. Es una realidad tan inevitable como superficial. Luis Suárez es un crack contrastado que solo exige de tiempo para explotar en un sistema como el del Barça.

La primera premisa es que Luis Suárez se sienta cómodo en la disposición táctica de Luis Enrique. A partir de ahí, todo es crecer con el paso de las semanas. A día de hoy, muchos son los aficionados que se cuestionan cómo es posible fichar a un delantero goleador y, a la primera de cambio, esconderlo en la banda. Viendo el historial del uruguayo, una confirma que el delantero está acostumbrado a moverse con total facilidad en cualquiera de las posiciones de ataque. Esa es precisamente la gran virtud que debe explotar el Barça.

A mi juicio, el mejor Luis Suárez es aquel que puede sorprender en base a un intercambio natural de posiciones en el transcurso de un partido. No hay problema en que arranque desde la derecha o la izquierda o que, en momentos puntuales, incluso quede anclado alrededor del punto de penalti. La versatilidad castiga siempre a las defensas rivales, impide fijar las marcas y genera desorientación.

En este caso, el intercambio posicional todavía está más justificado si tenemos en consideración que tanto Luis Suárez como Neymar o Messi son goleadores y asistentes de primer nivel. Son felices dentro y fuera del área.

Una de las eternas asignaturas pendientes es el repliegue defensivo del Barça. Los problemas arrancan desde su ataque. Es una evidencia incuestionable que Messi, Neymar o Luis Suárez no invitan a pensar que Luis Enrique dispone de un trío con grandes prestaciones defensivas, de esos que presionan a muerte al rival hasta obligarles a desprenderse de la pelota sin criterio alguno. Otra cuestión bien distinta es optimizar al máximo la capacidad de los cracks en las labores de presión y recuperación.

Los esfuerzos defensivos de Luis Suárez, Neymar y Messi deben rentabilizarse. El uruguayo garantiza carácter y trabajo pero si no se coordina con el resto de compañeros, su trabajo carece de sentido. Recordar la historia más reciente puede aportar soluciones inmediatas. Por ejemplo, la mejor presión del Barça siempre ha llegado cuando se intensifica el trabajo y la tensión poco después de la pérdida de balón. La recuperación es mucho más efectiva y el desgaste físico menor. Ceder segundos obliga a un repliegue, mayor cobertura de campo y, por consiguiente, el cansancio se deja sentir mucho antes. El trío debe dosificarse.

El Real Madrid e incluso en momentos puntuales el Celta dejaron constancia de la necesidad de apuntalar el centro del campo para garantizar equilibrio y el mando del partido. Luis Enrique tendrá que ajustar piezas para que en la zona ancha no se generen tantos espacios. Luis Suárez, Messi y Neymar tienen perfiles muy definidos y su enorme pegada ofrece en contrapartida cierta debilidad defensiva. En estos momentos, en los grandes duelos, frente al PSG o Real Madrid, se echó de menos una mayor dosis de músculo.

Además de reforzar el centro del campo, se impone trabajar el orden en las subidas de los respectivos laterales. El sistema de Luis Enrique ha abandonado la figura de los extremos y con los delanteros trazando diagonales, se hace imprescindible la presencia ordenada de Alves, Alba o el lateral de turno.

En el caso de Luis Suárez, cayendo en estos encuentros iniciales hacia banda derecha, será muy importante que Dani Alves aprenda cuándo y cómo subir la banda. La debilidad defensiva constatada obliga a resguardar un poco más la cobertura y sería preciso que el brasileño no se incorporara con tanta alegría.

El equipo tiene que explotar al máximo el orden y los recursos físicos. Luis Suárez puede encajar sin problemas, pero siendo conscientes de la necesidad de proteger un centro del campo vulnerable.