Scolari, el técnico que recomendó a Ronaldinho y que no quiso entrenar al Barça

Scolari apreció con rapidez las tremendas cualidades de Ronaldinho

Scolari apreció con rapidez las tremendas cualidades de Ronaldinho / AFP

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Los caminos de Luiz Felipe Scolari y el FC Barcelona se cruzaron dos veces. “Cuando Sandro Rosell era el vicepresidente deportivo nos invitó a su casa en Barcelona a mi auxiliar técnico, Murtosa y a mí, que, por entonces entrenábamos Portugal. Nos explicó que necesitaba hacer un equipo nuevo y no dijo que el Barcelona quería contratar a Beckham, pero que estaban encontrado dificultades”, relata Felipao. “Fue entonces cuando dije a Sandro: ‘Ronaldinho Gaucho va a darte todo aquello que necesitas, es un futbolista de mucha calidad’”, cuenta Felipao, que también indicó a Deco y a Rafa Marquez. “Los puedes fichar porque te van a dar versatilidad y calidad y los tres terminaron en el Barcelona”, cuenta con un cierto punto de orgullo el veterano técnico.

Scolari admite que tuvo una oferta sobre la mesa del FC Barcelona. Fue a finales de 2003, cuando en sus primeros meses en el banquillo blaugrana, el proyecto de Frank Rijkaard, el primero con Joan Laporta en la presidencia, no acababa de cuajar.

“Vinieron a Portugal, Sandro Rosell, Pepe Costa y Txiki Begiristain. Cenamos juntos. También hablé con Joan Laporta que era el presidente. Me ofrecieron ser el entrenador del Barça, pero en aquel momento yo era seleccionador de Portugal y estábamos a las puertas de acoger la Euro 2004”, afirma. “Por mi parte hubiera sido muy feo dejar la selección en aquel momento y en aquella situación y les dije que no podía. Para mí fue maravilloso sentirme honrado de aquella forma, pero ya tenía un compromiso adquirido y no quería ni podía dejarlo”, finaliza.

Scolari sería subcampeón de la Euro 2004 y semifinalista en Alemania 2006 y el Barça, con Rijkaard, ganaría dos Ligas (2004-05 y 2005-06) y la segunda Copa de Europa de la historia del club, el 17 de mayo de 2016 ante el Arsenal (2-1) en el estadio de Saint-Denis, con el célebre tanto de Juliano Belletti.