Ramon Basiana, premio Lluís Companys

Ramon Basiana es un luchador que no se rinde. Aprende de las derrotas y por ello va a ser reconocido.

Si te lo miras desde un prisma fundamentalista, Ramon Basiana sería un perdedor. Porque Basiana ha ido dos veces a la lucha con la cara descubierta y en ambas ocasiones ha salido amoratado. En Fresno y en Roma su lucha para el reconocimiento de la selección catalana de hockey resultó nula.

Pero para muchísima otra gente, el esfuerzo de Ramon Basiana es digno de mención. Por eso, la Plataforma Pro Seleccions Esportives Catalanes le ha otorgado el premio President Companys 2005, destinado a todas aquellas personas jurídicas o físicas que colaboran al reconocimiento del deporte catalán a nivel internacional.

Y entre ellos, pocos pueden presumir de currículum como Basiana, quien en el último año consiguió que la Federación Internacional de Patinaje reconociese a la Federació Catalana provisionalmente, lo que permitió al final a Catalunya participar en Macao en el Mundial B. Ganó Catalunya por goleada y lo ganado en la pista se perdió en los despachos en Fresno y en Roma.

La elegancia de Basiana en la pista cuando Catalunya arrasó en buena lid fue la misma que tuvo este manresano de 48 años cuando su país se vio traicionado por diversos intereses en una sala de juntas.

Aceptó la derrota como un deportista y anunció que seguirá jugando el partido. No sería este el primer gran partido que gana Basiana. En 1986 ganó el de la nominación olímpica de Barcelona, pues formaba parte del equipo de deportes del Ajuntament de Barcelona que desde el año 1978 hasta el 1989 gestionó la candidatura catalana y durante los Juegos fue el director deportivo del hockey patines, una modalidad que sólo en Barcelona pudo considerarse olímpica. Si consiguió ese reto, cómo no va a merecer Basiana el reconocimiento que le otorgarán el 13 de diciembre.