El miedo escénico fue Messi

No se recuerda un futbolista que comprometiera tanto el plan de Zidane. Pocas veces el técnico del Madrid aireó de forma tan descarada sus miedos como hoy ante Messi. 

La sola presencia del 10 hizo que el francés no solo se decantara por Kovacic en el once. Sino que dejará en el banquillo a futbolistas como Isco, Bale o incluso Asensio.

Nadie predijo el movimiento de Zidane. Menos aún jugándose el partido en el Bernabéu y con una distancia en la Liga que invitaba a una propuesta más valiente.

No fue así y el Madrid se fue destemplando con el paso de los minutos. Fue incisivo en la primera mitad. Pero terminó tan mareado como Kovacic, el encargado de ser la sombra de Messi.

El argentino fue creciendo al mismo ritmo que el equipo. Comenzó muy lejos del área, tratando de sacar ventajas a partir de Alba y sobre todo Paulinho, la gran amenaza del Madrid durante la primera parte.

El fútbol es a menudo un juego caprichoso. Un misterio indescifrable. La conexión entre Messi y Paulinho forma parte de ese terreno insospechado.

El 10 marcó esta vez de penalti. Alzó los brazos en cruz y se quedó mirando al tendido. Con el de hoy ya son 15 los goles del argentino en el Bernabéu, uno de esos escenarios en los que ha ido construyendo su leyenda.

En total 25 tantos en Clásicos. 15 en casa del máximo rival. Números que hablan de la dimensión de un futbolista que siempre sabe descubrir los espacios del Bernabéu.  

Hoy se ha hecho grande en la segunda mitad con la complicidad de un Busquets formidable y un Sergi Roberto que supo interpretar muy bien los desajustes del Madrid.

Marcó incluso Aleix Vidal con una asistencia del 10 descalzo, uno de esas genialidades que nos recuerdan el origen potrero del rosarino. El resultado subrayó que el factor campo cada vez pesa menos.

Cinco de los últimos siete clásicos los ha ganado el visitante. En la historia reciente no hay otro futbolista que los condicione tanto como Messi.