FC Barcelona - Mundial de Clubes

El 'mata-mata' de Scolari

Scolari asume los partidos como una guerra y ha popularizado la idea de que ‘quien pierde, va fuera’, la base de su estilo pragmático y agresivo

Scolari no se lo pondrá fácil al Barça

Scolari no se lo pondrá fácil al Barça / sport

Albert Masnou (Yokohama)

Luiz Felipe Scolari, entrenador del Guangzhou Evergrande, se pasea por el Yokohama Bay Hotel con ese aire de jubilado que sale de casa un domingo por la mañana con un chandal usado para darse una vuelta por el barrio. Scolari, el ‘viejo’ como le conocen algunos, tiene una largo historial a sus espaldas, muchas batallas que le han llevado del cielo al infierno en numerosas ocasiones. “La primera regla de la supervivencia es que no hay nada más peligroso que el éxito de ayer”. Esta es una de sus máximas, ese tipo de conocimiento que solo logra quien ha vivido mucho.

A sus 67 años, dirige el equipo número 16 de su carrera deportiva aunque ha repetido en algunos de ellos. Pese a sentirse muy sudamericano, nunca ha tenido apego especial a Brasil. Solo así se entiende que haya entrenado en Japón, en Inglaterra, Portugal, Arabia, Kuwait, Uzbekistán y ahora en China. Es un trotamundos que allá donde va se lleva a sus cinco fieles ayudantes y con quienes comparte la misma filosofía de juego. 

Pese a ese aire a descuidado, Scolari es un guerrero que asume cada partido como si de una guerra se tratara. Es un entrenador que defiende a los suyos con uñas y dientes y que les exige lo mismo. Forman una familia, unidos por un código de sangre, un grupo que solo puede saltar al campo unido. Quien no le sigue, está fuera. Mataría por quienes pertenecen al clan. Solo así se entiende la reacción de Neymar tras la eliminación de Brasil en el Mundial que organizó el país sudamericano. Neymar entró en la sala de prensa donde Scolari daba sus explicaciones. Se puso delante de su técnico y le abrazó, señal inequívoca del compromiso entre jugador y estrella.

 “Esto es una guerra y en una guerra se mata o se muere”, llegó a decir para explicar cómo afronta la mayoría de los encuentros, en especial las eliminatorias. Él internacionalizó una frase típica de Brasil: El ‘mata-mata’, un concepto que en las calles españolas vendría a ser ‘Quien pierde va fuera’.  En sí, el ‘mata-mata’ no es un invento de Scolari pero él lo ha popularizado porque le dio mayor sentido que nadie al ser un concepto que casa con su vocabulario guerrero, su filosofía agresiva del fútbol, de ver al rival como un enemigo y no interpretar el fútbol como un juego que debes superar al adversario a base de jugar bien. Al adversario, para Scolari, hay que matarlo. Y de ahí viene su ‘mata-mata’.

Ahora, en la lejana China, Luiz Felipe Scolari vive en un apartamento de la localidad de Guangzhou, que es la capital de la provincia de Cantón, no lejos de Hong Kong. Llegó en verano y desde entonces el equipo ha encadenado una racha victoriosa que le ha llevado a ganar la Liga china, la Champions asiática y ahora plantarse a las semifinales del Mundial de Clubes. Scolari lleva 28 partidos sin perder y su victoria en los cuartos de final fue una demostración de su forma de proceder. Nunca defendió un estilo de juego alegre y sí insistió en la perseverancia en sus jugadores, argumentos que le sirvieron para remontar el gol inicial del América. 

En Guangzhou su popularidad va en aumento desde que llegó y firmó un contrato de dos años y medio a razón de 5,6 millones de dólares por cada temporada. Con él llegaron sus cinco asistentes y seis jugadores brasileños (Paulinho, Robinho, Elkenson, Alan, Goulart y René Junior). Ellos fueron claves para imponer su filosofía, esa del sargento de hierro con la cultura del esfuerzo, del trabajo, de la disciplina por encima de la genialidad, de la magia y del espectáculo. Un día, tras un encuentro de Brasil, llegó a decir que “estamos siendo muy caballerosos, muy cordiales, muy educados. Es hora de cambiar el discurso”.

Scolari siempre ha relativizado estilos como el del Barça. Así lo aseguraba hace unos meses: “Solo si importamos a Iniesta, Xavi y a Messi podremos jugar como el Barcelona, pero las características de los brasileños no son estas. Las cualidades de los jugadores abanderados de este estilo de juego del Barça se han ido perfeccionando poco a poco. Ahora todo el mundo analiza el cómo y el porqué de su filosofía, pero este tipo de juego está limitado al período de tiempo que otorgue éxito a sus  fieles. Hace décadas tuvimos el fútbol italiano, el cual tuvimos que analizar a fondo, y el alemán”, dijo.

Este jueves, Scolari y el Barcelona se cruzarán por primera vez en la historia, aunque sus caminos estuvieron a punto de unirse en 2006 cuando Sandro Rosell pretendió ficharle cuando las dudas se ceñían sobre Rijkaard.