Jose Arnaiz se enfrenta a su peor pesadilla

La perseverancia y el apoyo familiar le permitió a Jose Arnaiz superar, hace tres años, su momento más difícil como futbolista. Rubén de la Barrera es el entrenador de la Cultural Leonesa, que el domingo (16.00 horas) recibe al Barça B. El gallego tiene una gran proyección en los banquillos con solo 32 años y ya un currículum envidiable, pero en su momento se lo puso muy difícil y no le sacó el jugo al gran potencial de un chaval que llegó a Pucela con toda la ilusión... y casi se trunca su carrera.

Fue la temporada 2014-2015. Arnaiz iba y venía constantemente desde su localidad, Talavera de la Reina, a Valladolid –son tres horas de camino– con el sueño de ser algún día profesional, pero su ánimo fue decayendo al ver que no contaba para su entrenador. 

Llegó lesionado al filial vallisoletano, pero después se recuperó y cuando tuvo oportunidad de jugar, De la Barrera lo ubicó en el lateral e incluso en el eje de la defensa. Arnaiz le llegó a pedir explicaciones e intentó hacerle entender que él era un futbolista de corte ofensivo, pero solo al final consiguió su propósito. En la penúltima jornada, marcó –ante el Langreo– sus únicos dos goles aquella temporada en la que solo jugó ocho partidos, dos como titular, y un total de 320 minutos.

Arnaiz, cansado y acusado por su entrenador, que alegó que lo tenía que reconducir, se planteó dejar el Valladolid, pero contó con el apoyo de Braulio, el director deportivo del club blanquivioleta, y sobre todo de su familia. Su pareja de toda la vida, Alba, fue fundamental para que el jugador no lo echara todo a rodar. De la Barrera cambió de club, Arnaiz siguió... y a la temporada siguiente pudo explotar todo su fútbol.

EL FILIAL, CON sed DE REVANCHA

Además de la ‘relación’ entre Jose Arnaiz y Rubén de la Barrera, lo cierto es que el partido del domingo tiene también tintes de revancha para un Barça B que aún recuerda que fue la Cultural Leonesa la que le privó la pasada campaña de ascender directamente a la categoría de plata.

Ambos equipos fueron campeones de sus grupos y se enfrentaron en una eliminatoria en la que los leoneses fueron mejores. La Cultural ascendió de forma directa y el filial azulgrana tuvo que superar dos eliminatorias más, ante Cartagena y Racing de Santander. Al final, también lo consiguió.