Historia SPORT

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Insigne, el último gran reto del niño del mercadillo

Hijo de una familia humilde, fue rechazado por Inter y Torino, trabajó con su primo en un puesto del mercado y lleva un tatuaje de Maradona en el muslo izquierdo

El capitán del Nápoles abandonará el equipo a final de curso -tras no llegar a un acuerdo para renovar- y jugará en la MLS

Insigne fue el mejor... hasta que se lesionó

 Lorenzo Insigne completó un gran partido ante la Real Sociedad pero cayó lesionado / MEDIAPRO

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Lleva a Maradona en la piel. Literalmente. "Desde el primer día que llegaste a nuestra querida Nápoles, te convertiste en un verdadero napolitano. Lo diste todo por tu pueblo, defendiste esta tierra, la amabas. Nos diste alegría, sonrisas, trofeos, amor", escribió Lorenzo Insigne, el capitán del Nápoles, pocas horas después de la muerte de Maradona. Y días después, decidió llevar para siempre impresa en la piel la imagen del gran ídolo de los napolitanos: un tatuaje de enormes dimensiones, con la cara de Maradona gritando un gol, decora el muslo izquierdo de Insigne, el más napolitano de los napolitanos del Nápoles, el capitán del equipo que se enfrenta a su última misión antes de emprender rumbo a su nueva aventura en Toronto.

Insigne representa mejor que ningún otro jugador del Nápoles la esencia de la ciudad: Lorenzo nació en Frattamaggiore, a las afueras de Nápoles, y allí sigue viviendo. Creció en una familia humilde: su padre, como tantos italianos del sur, trabajaba en el norte y volvía a casa cada dos semanas. 

Cuando perdió el trabajo, la familia no podía pagar las cuotas del Olimpia Sant’Arpino, el primer club de Lorenzo, que entonces tenía ocho años. El talento del niño hizo que el club les perdonase las cuotas. 

A Lorenzo le gustaba mucho más jugar en la calle que la escuela, pero llegó un momento en el que su padre le lanzó una advertencia. 

"Si no quieres ir a la escuela, te pones a trabajar, en casa todo el día sin hacer nada no vas a estar. Me iba con mi primo que tenía un puesto en el mercado y trabajaba para él por 50 euros a la semana. Me levantaba a las 6 de la mañana y por la tarde iba a entrenar, eran jornadas interminables. A veces, de lo cansado que estaba, me quedaba dormido en el vestuario y venía el entrenador a despertarme. El día que firmé el primer contrato con el Nápoles dejé el mercadillo", confesaba Insigne en una entrevista a ‘El País’.

Orgullo del sur, rechazo del norte

Insigne se formó en las categorías inferiores del Nápoles, pero antes, probó suerte en el fútbol base del Torino y del Inter. Coleccionó sendos rechazos. Le decían que era bueno, pero que también era demasiado bajito. Sigue siendo bajito (1,63), pero su talento y su capacidad goleadora ya está fuera de toda duda. El verano pasado fue campeón de Europa con Italia en Wembley. 

"Me iba con mi primo, que tenía un puesto en el mercado y trabajaba para él por 50 euros a la semana. Me levantaba a las 6 de la mañana y por la tarde iba a entrenar, eran jornadas interminables"

Ya dentro de las categorías inferiores del Nápoles (cuando firmó su primer contrato recibía 1.500 euros al mes y le pidió a su padre que dejase de trabajar), Insigne tuvo que labrarse su propia trayectoria. 

Problemas familiares en sus cesiones

Tras debutar en el primer equipo, en enero de 2010, fue cedido al Cavese, al Foggia y al Pescara para que tuviera minutos en el fútbol de la Serie B. el viaje a Pescara fue problemático: la familia de Genoveffa Darone (su novia de entonces, ahora su esposa) no le permitió mudarse con él y Lorenzo trabajó de lo lindo para volver cuanto antes a Nápoles y casarse con ella.

Regresó en 2012, ya para quedarse. Un año después coincidió en la plantilla con su hermano menor, Roberto, que ha tenido una carrera más discreta y ahora juega en el Benevento

Insigne nació tres meses después del último partido de Maradona con el Nápoles. No le vio jugar, por lo tanto (su ídolo era Del Piero). Pero heredó toda la mitología del '10' que le transmitió Carmine, su padre. Y el destino quiso que el primer gol del Nápoles tras la muerte de Maradona llevase la firma de Insigne.

No fue una cifra cualquiera

El pasado mes de enero, Insigne alcanzó los 115 goles como jugador del Nápoles: no es una cifra cualquiera, porque con ella igualó los goles de Maradona con el club partenopeo. Ya igualado con el argentino, Insigne es el tercer máximo goleador de la historia del club, por detrás de Mertens y Hamsik

Como buen napolitano, da la sensación de que todo lo que le rodea es intenso y pasional. También su salida del club, anunciada con seis meses de antelación y rodeada por la polémica, ya que el presidente De Laurentiis le ofreció una renovación muy a la baja (de recibir 5 millones anuales a 3,5) y Lorenzo no la aceptó. Tampoco se planteó jugar en otro equipo italiano, por eso aceptó la oferta de la MLS, que le ofreció un contrato de seis años, a razón de once millones por temporada. 

Los tifosi, molestos

A los tifosi no les gustó que Insigne viajase a Roma para firmar por el Toronto 48 horas antes de un partido ante la Juventus. Hubo quien reclamó que se le dejase en la grada lo que resta de temporada, pero Insigne tiene demasiado peso como para prescindir de él en una temporada tan exigente. 

Aquel niño que madrugaba para ir al mercado es hoy un jugador de referencia a punto de enfrentarse al Barça para cumplir su última misión con el Nápoles –levantar un título, quizá la Europa League que en su día ya ganó Maradona, el único éxito europeo del club- antes de cruzar el charco para jugar en la MLS.