El idilio de Paulinho con el gol

Los motivos del Barça para fichar a Paulinho

Algunos de los motivos del Barça para fichar a Paulinho, en video / Ananns HDi

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Este es el primero de muchos otros que vendrán. Con este sentimiento, Paulinho y su entorno celebraron el tanto en el Coliseum Alfonso Pérez, que sirvió para darle la vuelta a un encuentro indigesto donde el Barça de Valverde flirteó con el final de la secuencia victoriosa en Liga y Champions.

Lo que hizo Paulinho en Getafe no es un hecho aislado. Marcar goles, incorporándose como elemento sorpresa desde la medular, es una de las mejores virtudes del centrocampista. Y prueba de ello es que en este 2017, ya acumula 17 dianas en los 39 partidos disputados con el Guangzhou Evergrande, la Seleçao y ahora el Barcelona.

El volante paulista no vive para el gol. Su punto fuerte es poner al servicio del conjunto su potencia física en el trabajo de rectificación y contención. De aquí viene la etiqueta de “aportar equilibrio” que le han colgado y que tanto se echó en falta en la última temporada del Barcelona del tridente. Es este rol, el que desempeña en el 4-1-4-1 de la canarinha de Tite, el que despertó el interés de la secretaría técnica blaugrana.

Sin embargo, la mejor carta de presentación de Paulinho ante un barcelonismo timorato no ha sido el gol. Cuando juega de interior, como en Getafe, el brasileño pisa área con frecuencia. Y la jugada del 1-2 es el mejor de los ejemplos de lo que puede aportar en esta versión 2018 embrionaria del Barça.

Viniendo de atrás, Paulinho le pidió el balón a Leo y el 10, claro, con su guante, le regaló una asistencia con la que rompió toda una línea de presión. Cuando llegó al área, el brasileño se posicionó con un buen control, aceptó el choque con un portento físico como el togolés Djené, le ganó la posición y finalizó con potencia y colocación.

A Paulinho le va el rol de revulsivo, de tener que desencallar situaciones complicadas. Se siente cómodo ante la adversidad y su currículum está coloreado de tantos importantes, principalmente, con el Corinthians. El brasileño no se arruga y tiene personalidad. Finaliza bien desde la media distancia, se infiltra con naturalidad y, cerca de la portería, sabe desenvolverse finalizando acciones colectivas, como en Getafe, o a balón parado, como se vio en el reciente Brasil– Ecuador, donde marcó a la salida de un córner.

Con el KO temporal de Dembélé, que estaba llamado a desequilibrar desde el vértigo como hacía Neymar, el Barcelona necesitará más que nunca la aportación de la segunda línea, tan criticada en la última campaña. En este principio de temporada, Rakitic ha recuperado su olfato de gol, y esta última jornada Denis Suárez y Paulinho han evidenciado su utilidad.

Que nadie olvide que la apuesta del Barça fue por el Paulinho de la Seleçao. Y este 2017, bajo la batuta de Tite, con quien lo ganó todo en el Corinthians, el paulista se ha convertido en el volante defensivo, (que no centrocampista creativo), más goleador de la historia de la pentacampeona –10 tantos en 43 internacionalidades–.

Tite ha ubicado a Paulinho justo detrás del trío formado por Neymar, Coutinho y Gabriel Jesus. Allí, el fichaje blaugrana no solo ejerce de guardaespaldas sino que está cerca del área, donde también muerde. Esta situación conceptualmente es muy semejante a la que empieza a explotar Valverde.

Paulinho es polivalente. Puede actuar en un hipotético doble pivote para auxiliar a Busquests o incluso ejercer de su sustituto para que el de Badia se oxigene. De mediocentro, el brasileño sufrirá más porque no tiene el solfeo blaugrana, se verá relegado a ejercer un trabajo eminentemente defensivo y perderá el factor ofensivo. 

Getafe no solo cambiará el estado de ánimo del barcelonismo con relación a Paulinho sino que puede reforzar la apuesta definitiva del Txingurri por situar al brasileño de interior, para que adquiera automatismos en la asociación y maximice su poder de finalización.