El Espanyol-Barça de los seis expulsados

¡¡Pino Zamorano sacó hasta seis tarjetas rojas!!

¡¡Pino Zamorano sacó hasta seis tarjetas rojas!! / Jordi Cotrina (El Periódico de Catalunya)

David Salinas

David Salinas

La alta tensión, en mayor o menor grado, ha sido una constante en el transcurrir de los derbis. Dentro y fuera de los terrenos de juego. El de mañana en Cornellà-El Prat no será ajeno a la rivalidad que siempre ha existido entre ambos equipos. Hace ya unos años que se acumulan sedimentos en forma de pancartas ofensivas, cánticos injuriosos y declaraciones con aristas punzantes tanto en una como otra dirección.

Hoy evocamos un choque de la máxima que pasó a la historia por su cargado capítulo disciplinario (12 tarjetas amarillas y seis expulsiones –que fueron siete–), aunque como dijo el entrenador azulgrana en aquel entonces, Frank Rijkaard, “no fue un partido durísimo, pero el árbitro mantuvo siempre su criterio”.

Este insólito cara a cara entre Espanyol y Barça de Liga tuvo lugar el sábado 13 de diciembre de 2003 en Montjuïc. Fue el primero de Joan Laporta como presidente azulgrana y terminó con la victoria de su equipo por 1-3. Todos los goles se firmaron en los primeros 34 minutos y fueron obra de Jordi Cryuff (7), Ronaldinho (9) y Kluivert (20 y 34). A partir de ahí el protagonismo lo cobró Alfonso Pino Zamorano, adscrito al colegio castellano-manchego, al que no le tembló el pulso a la hora de mandar a jugadores a la ducha antes de tiempo. 

locura

El primer jugador en abandonar el terreno de juego fue Iván de la Peña por una contundente entrada sobre Reiziger. En el acta, Pino Zamorano precisó que el dorsal 9 del Espanyol “se dirigió a mi diciéndome en seis o siete veces lo siguiente: ¿Estás loco o qué?”. Y agregó que “dicho jugador, en el momento que me estaba increpando, con uno de los dedos de su mano, me golpeó en el abdomen, produciéndome en el momento un dolor leve, que fue disminuyendo a medida que pasó el tiempo, no produciéndome lesión aparente”.

Corría el minuto 41 y el Espanyol se quedó en inferioridad numérica. Sin embargo, al minuto de iniciarse el segundo tiempo, las fuerzas volvieron a equilibrarse tras la expulsión de Márquez por acumulación de tarjetas amarillas. El mexicano dejó el campo en el minuto 46 tras derribar a Tamudo, el mismo jugador que había provocado su primera amonestación en el minuto 26. Poco después fue el Barça el equipo que se vio con un jugador menos por expulsión de Quaresma (50), también por acumulación. Fue amonestado en el minuto 45+1 por alejar un balón y en el 50 por una obstrucción sobre Tamudo. 

No tardó en empatar el Espanyol a expulsados. Soldevilla, en el minuto 61, dejó el duelo nueve contra nueve, también por acumulación. La primera amarilla la vio por protestar (39) y la segunda por un rifirrafe con Gerard. Pino Zamorano, con la mano suelta, volvió a la carga y echó a Cocu en el minuto 65 con roja directa por derribar a Tamudo, impidiendo así una manifiesta ocasión de gol.

El capitán perico fue protagonista en las tres expulsiones del Barça. Sin embargo, el Espanyol (nueve contra ocho) no pudo recortar distancias y, en el minuto 87, vio como Lopo también era obligado a dejar el campo por acumulación de amarillas: la primera por una zancadilla a Kluivert (12) y la segunda por otro derribo al holandés. Los últimos minutos parecieron un partido de fútbol siete en campo grande.

A estas seis expulsiones hubo que añadir otra, la forzada por el camerunés Tommy N’Kono en el descanso. Inscrito en el acta como encargado de material, al entrenador de porteros del Espanyol lo echaron por gritar a Pino Zamorano “¡tienes que echarle más cojones!”. Las 12 tarjetas amarillas se repartieron así: Torricelli (en el banquillo, por entrar al campo después del 1-0 y celebrarlo con sus compañeros), Lopo, Reiziger, Márquez, Soldevilla, Tamudo y Quaresma (primer tiempo) y Márquez, Quaresma, Soldevilla, Gerard y Lopo (segundo).

Un auténtico festival, lo nunca visto. Un récord. Jamás en la Liga se habían producido tantas expulsiones en un partido de la máxima categoría. La normativa vigente establecía que el partido debía suspenderse si un equipo quedaba con menos de siete elementos. Por poco…