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Enrique Vila-Matas: "Cruyff siempre acertó, salvo con la muerte"

De pequeño en su cabeza se jugaba cada día un partido de once contra once. “Yo era un equipo y el contrario”, asegura. Ahora, recién cumplidos los 68 años, le sigue apasionando la confrontación de ideas que plantea el fútbol

Enrique Vila-Matas, en una imagen de archivo

Enrique Vila-Matas, en una imagen de archivo / sport

Dídac Peyret

Dice que prefiere que le llamen singular a raro. ¿Le molesta ser visto como un excéntrico?

Nunca he pretendido ser calculadamente raro para que la gente dijera: ¡qué tío! Los que han querido criticarme han dicho: es raro y cuando iba de raro estaba bien, pero ahora pretende ser más. Entonces yo les digo; no soy raro, soy singular, jodeos. Lo que hace un escritor es crear un mundo propio, personalísimo, y necesariamente debe ser singular.  

Usted reconoce que a menudo huye de la realidad; ¿Qué papel juega el Barça en esta evasión? 

Trabajo básicamente con lo real, con lo biográfico, porque todo escritor trabaja con su propia experiencia. Aunque luego invento sobre la experiencia real. El fútbol me ha acompañado toda la vida. Soy socio del Barça desde tiempos remotos. Tanto es así que ya no pago el carnet.

¿Qué es lo primero que le pasa por la cabeza cuando piensa en Cruyff?

La portada de una revista francesa que se llamaba ‘L’Express’. Aparecía una imagen de Cruyff con la Naranja Mecánica y una frase sobre la genialidad. Era de un autor francés que decía: la genialidad consiste en hacer con facilidad lo que los otros hacen de forma más complicada. 

Usted que domina tanto el lenguaje.  ¿Cómo se explica que su mensaje calara tanto a pesar de hablar tan mal todos los idiomas?

Creo que él mismo dijo: ‘no me habéis entendido, porque si hubiera querido que me entendierais lo hubiera explicado mejor’. Me parece una frase genial. Muy de su estilo. 

También ocurría otro fenómeno: cuando lo escuchabas parecía muy difícil no darle razón...

De hecho, siempre decía una cosa pero con la cara A y la cara B. Te daba dos posibilidades con lo cual siempre acertaba y tenía la razón. Salvo con la muerte. Ahí no acertó diciendo que iba ganando la batalla, porque  la muerte no te deja ninguna oportunidad.  

¿Qué le parecería que el Camp Nou llevara su nombre?

Yo estuve en la inauguración del Camp Nou y siempre se le ha llamado así.  Y es fantástico porque es muy breve: Nou Camp, Camp Nou. Nunca se ha considerado cambiar. Es como la tontería de ponerle Adolfo Suárez al aeropuerto de Barajas; la gente no lo va a llamar así nunca. Pero si la propuesta sale de todo el mundo pues estaría de acuerdo.

¿Se imagina una estatua?

Sería toda una paradoja, porque Cruyff era lo más contrario a la inmovilidad. Era un personaje que escapaba siempre del contrario. Yo todavía me acuerdo de cómo se rió de Camacho en el Camp Nou.

¿Qué ocurrió?

Le hizo un marcaje tremendo. No lo soltaba ni a tiros. Y hubo un momento en el que Cruyff se fue más allá de la zona del linier hacia la grada. Como si hiciera el gesto de ir a saludar a alguien. Camacho le siguió y entonces todo el público se rió. Fue una sensación colectiva fantástica. A Carrete [defensa del Oviedo] le dijo: espérate cinco minutos que me voy al lavabo y vuelvo.

Cada aficionado tiene recuerdos muy íntimos de los clásicos, ¿Cómo los vive Enrique Vila-Matas?  

Me acuerdo del primero que se dio en televisión, que le llamaron el partido del siglo. Fue un Madrid-Barça. Recuerdo también otro que vi cerca del palco del Real Madrid. Ese día mi padre me dijo: ‘si marca el Barça, no te levantes ni hagas ningún ruido’ [risas]. Eso me quedó grabado porque no tenía ni idea que fuese tan peligroso. 

¿Qué me dice del mítico 0-5?

Estaba en una buhardilla de París. No lo vi pero lo supe por la radio francesa. Y también el 2-6 porque estaba en Nueva York con Paul Auster. 

¡Caray!

Le intenté explicar lo que era un 2-6 en el fútbol y choqué con una piedra, porque no tenía ni idea de fútbol. Ponía toda su voluntad en descubrir por qué yo estaba tan contento, pero insistía en que él era de béisbol. Y no entendía la alegría del 2-6.                                                            Y luego tenemos el 5-0 de Romario, uno de los grandes personajes de la historia del club...

Hace unos días vi unas imágenes suyas en las que Cruyff le dice: ‘aquí mando yo’. Y Romario lo mira como sorprendido [risas].Era extraordinario. El que no está pero que, cuando aparece, es fulminante. Hubo otra broma genial de Cruyff cuando dijo que ellos ya jugaban como el Barça de Guardiola, porque tenían a delanteros que marcaban a los defensas. Todo el mundo se rió, porque pensó en Romario, que jamás había marcado a un defensa. 

¿Qué jugador del Barça le ha despertado mayor interés?

Me gusta mucho Zubizarreta porque es un buenísimo lector. Me gustaba mucho lo que escribía y se notaba que había aprendido a hablar leyendo. Es el primero que me viene a la memoria.

De hecho, él llegó a decir que identificaba la figura del portero con el título de uno de sus libros: ‘Exploradores del abismo’.  

Sí, me enteré por sorpresa, porque no sabía que me leía. Y me hizo ilusión. Él decía que un portero era un explorador del abismo porque veía avanzar a jugadores como Romario, Cruyff o Cristiano y se sentía solo; en el puro abismo.

También tuvo la oportunidad de conocer a Guardiola; ¿Con que Pep se encontró?

Era la época en la que él decidió irse al Brescia. Tenía muchas ganas de dejar Barcelona y conocer otros lugares. Y yo le dije: pero tú ya has estado en todos esos lugares por los que me preguntas ¿no?’.  Fue entonces cuando me explicó que los futbolistas están siempre en un hotel y que no ven nada.  A los escritores nos ocurre algo parecido cuando estamos haciendo un bolo: vemos un café y un río. Y luego, venga, al hotel. Y claro le entendí perfectamente.

Sergi Pamies dice que Messi es un gran misterio; no se manifiesta, con lo cual tienes que interpretarlo por sus milagros. ¿Cómo lo ve usted?

Lo veo como el jugador más completo que ha existido porque no ha parado de inventarse. El ideal de un escritor sería esto. Un escritor que continuamente va renovándose y aportando nuevas cosas. Y lo mejor es que aún nos queda tiempo para disfrutarlo; yo creo que acabará jugando de líbero. Lo que no entiendo es donde ensaya estas cosas que hace por primera vez. Las pruebas ahí mismo, en el campo, con toda esa gente viéndolo; eso me impresiona muchísimo.