Deco y el Porto: de la promesa de Pinto da Costa a las dudas de Rijkaard

El director de fútbol del Barça regresa este miércoles a 'casa'

Deco aterrizó en Barcelona en 2004, un año más tarde de lo esperado

Deco, en su presentación: "Estoy ilusionado, estoy contento"

Las primeras palabras de Deco en la presentación del nuevo organigrama del FC Barcelona / Blanca Sánchez

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

El de este miércoles será un encuentro especial para Deco. El hoy Director de Fútbol del Barça regresa a la que fue su casa durante cinco años, paso previo a vestir en verano de 2004 la camiseta azulgrana. Deco, que conquistó la Champions con ambos clubes, tuvo que posponer un año su aterrizaje en la Ciudad Condal tras una conversación con el presidente del Porto, Pinto da Costa. Ese y las dudas de Frank Rijkaard, entonces técnico del Barça, fueron los dos obstáculos que el luso-brasileño tuvo que superar.

Ya desde su primera temporada en Porto (1999-2000), Deco figuraba en la lista de futuribles del Barça, que detectó al jugador cuando todavía estaba en Brasil. En verano de 2002, los azulgranas intentaron hacerse con sus servicios. No fue posible. Tampoco lo sería al año siguiente. José Mourinho estaba convencido de que si se mantenía el bloque, aquel equipo podía pelear por la Champions League. En esa misma línea se dirigió el presidente, Jorge Nuno Pinto da Costa, a Deco. La conversación fue algo muy similar a: "Quiero que sigas con nosotros una temporada más y te prometo que el próximo verano te dejo marchar al Barça. Pero antes puedes ganar la Champions con el Porto".

Quaresma y 12 millones de euros

Dicho y hecho. El elenco de Mourinho se impuso al Mónaco en la final y levantó la 'orejona' en mayo de 2004. Entonces sí, Pinto da Costa dio luz verde al traspaso del centrocampista al Barça. El presidente luso cumplió su promesa y aceptó librar a Deco a cambio de unos 12 millones de euros más Ricardo Quaresma. El Chelsea ofrecía más dinero, pero la voluntad del jugador era clara: triunfar en el Camp Nou.

Rijkaard no lo veía claro

El de Deco por el Barça fue un fichaje de club, una contratación que había superado todos los filtros de 'scouting'. Sin embargo, había una persona que mantenía ciertas reticencias hacia su figura. Ni más ni menos que el entrenador, Frank Rijkaard. El holandés había pedido a la directiva un jugador con envergadura, capaz de intimidar ya a simple vista a la medular. Y, claro, el luso-brasileño (1,73) no destaca por su altura.

En alguna conversación informal con algún miembro de la directiva, Rijkaard había admitido no sentirse especialmente entusiasmado por la llegada de Deco. A los pocos entrenamientos, y tras comprobar el nivel que daba el centrocampista, Frank cambió de opinión. Después, el rendimiento del hoy Director de Fútbol azulgrana habló por si solo.