Contrataque versus presión

Victoria de prestigio del Barça en Sevilla con una puesta en escena diferente a la habitual. El equipo de Xavi, esta vez, pudo correr

¿Recuerdan ustedes el último partido en que el Barcelona pudo organizar nueve contras?

Raphinha y Lewandowski, goleadores en el Sánchez Pijuán

Raphinha y Lewandowski, goleadores en el Sánchez Pijuán / EFE

Xavi Torres

Xavi Torres

No hace mucho Xavi Hernández mantuvo una larga conversación con un destacado colega de los banquillos. Entre bromas y recuerdos, también algo de fútbol. Salieron a escena determinadas situaciones de partido, por ejemplo, dónde preferían recibir la presión de sus rivales. Es evidente que ante el Barcelona la mayoría de los equipos prefieren replegarse, juntarse cerca de su portería, eliminar espacios y buscar la suerte ofensiva en alguna de las pocas salidas que puedan organizar. Otros -pocos-, sin embargo, prefieren presionar arriba para aprovechar cualquier error en la salida del balón para hacer gol ya que, tras la recuperación, la portería de Ter Stegen está muy cerca. El Sevilla está entre estos equipos.

La valentía de Lopetegui

El entrenador del Sevilla fue a por el Barcelona desde el minuto uno, presionando altísimo y jugándosela uno contra uno en todo el campo. Montó un centro del campo con un trivote -Gudelj, Jordán y Rakitic- más Isco, por delante, que superaba el de Xavi, con un efectivo menos, Sergio, Pedri y Gavi. Como los dos delanteros, En-Nesyri y Lamela, presionaban a los centrales azulgrana, Araujo y Eric, el Barça tuvo auténticos dolores de cabeza para sacar el balón jugado desde atrás. De hecho, hasta el 0-1 del minuto 21, el equipo estuvo extraordinariamente incómodo.

A los 36 segundos se produjo la primera situación de presión del Sevilla: Ter Stegen buscó al hombre libre, Balde, pero ante la imposibilidad de avanzar retrasó de nuevo el balón hacia su portero para que éste lo lanzara fuera de banda. Toda una declaración de intenciones. Las dos siguientes, en los minutos 2 y 3, el futbolista alemán buscó a Lewandowski y Raphinha, respectivamente, de campo a campo para saltarse todas las líneas de presión sevillistas, sin éxito. En el 5’, una presión a Araujo acabó con el robo y pase de Isco a Rakitic que supuso la primera gran ocasión del partido. Ter Stegen evitó el primer gol. No hubo mejora: minutos 10 y 12, nuevos pases largos laterales del portero azulgrana que acabaron fuera de banda, y minuto 17, otro pase en largo sin éxito hacia Lewandowski, ya que Fernando ganó el duelo aéreo. Y para completar estos primeros 20 minutos de partido, un gol anulado a Lamela por fuera de juego (13’), un chut de Acuña, fuera (15’) y otra parada excelente de Ter Stegen en un mano a mano con En-Nesyri (18’). El partido era sevillista.

El contrataque

En la charla de Xavi salieron las preferencias. “Yo prefiero que me vengan a buscar arriba”, dejó caer su amigo entrenador. “Es cierto que hay riesgo y que si no ajustas bien la salida del balón puedes provocar ocasiones del rival pero... ¿qué pasa si superas la primera linea de presión?”. Pues lo que sucede es que se crea una situación de uno contra uno con medio campo para correr. “Si tienes jugadores de calidad y lo tienes bien trabajado”, añadió, “de cada diez presiones quizá sufras en dos o tres, pero en el resto vas a crear grandes ocasiones de gol porque, de repente, se te plantea un escenario maravilloso para el contrataque”.

Regresamos al Sánchez Pizjuán. A los 21 minutos, con el Barça agobiado tras la enésima pérdida de balón -esta vez, de Araujo- una triangulación en terreno azulgrana entre Gudelj, Jordán y Lamela acabó con un robo de Gavi y un pase de Sergio a Dembélé que permitió al francés lucir una de sus grandes cualidades: la velocidad. El resto, ya lo saben: carrera de medio campo, pase a Lewandowski y gol de Raphinha. Primera contra, 0 a 1. Y apenas tres minutos después, otra: Balde lanzó a Dembélé y tras un cambio de juego, Raphinha estuvo a punto de volver a marcar.

Nervioso por el resultado y animado por su fútbol antes del gol, el Sevilla siguió valiente en su planteamiento pero como se olvidó de las vigilancias defensivas -los defensas deben marcar a los delanteros cuando su equipo está atacando, precisamente, para evitar contras- el Barça generó, hasta el descanso, ¡cinco! contrataques en quince minutos. A los 30, una jugada de ataque de En-Nesyri, Jordán e Isco acabó en una galopada y chut de Dembélé, fuera; a los 35, una recuperación de Pedri se cerró mal en una acción entre Dembélé y Gavi; a los 36, una recuperación de Eric en terreno propio permitió una nueva carrera de Dembélé, esta vez, perdedor en su duelo ante Fernando. El balón acabó en fuera de banda. Del mismo, tras una breve circulación, la jugada acabó en el 0-2 de Lewandowski. La cuarta contra, minuto 39, tras otra recuperación de Gavi y una mala resolución de Raphinha, y la quinta seguro que la recuerdan por escandalosa, en la última acción de la primera parte. Tras un córner del Sevilla, Pedri puso a correr de nuevo a Dembélé que, tras recorrer más de medio campo mareando a Montiel, exhibió egoísmo y no acertó en su intento de vaselina, con Lewandowski esperando el pase para rematar a placer. Quizá, la ocasión más clara del partido.

Encuentro cerrado. La teoría del interlocutor de Xavi excelentemente ejecutada: en 45 minutos, presión del Sevilla, dos paradas de Ter Stegen y siete contras, con dos goles.

Las dudas del rival

El descanso sirvió a Lopetegui para reflexionar. “¿Seguimos igual o corregimos el plan? Si vamos a buscar al Barcelona arriba, con las características físicas de Dembélé -sobre todo- y Raphinha, quizás el partido acabe en goleada”, debió pensar. Hizo dos cambios y se protegió. En la segunda parte los de Xavi solo pudieron correr dos veces -minutos 53 y 61- pero controlaron el juego desde su plan preferido: tener el balón y jugar en campo contrario. La segunda parte se cerró con ocho puntos más de posesión, el tercer gol y cuatro oportunidades claras, dos de Lewandowski, una de Ansu y otra, de De Jong.

Entonces, ¿cómo hay que afrontar los partidos contra el Barcelona? Si buscas la presión arriba, te matan a la contra; si te quedas atrás, especialmente este año con la presencia del delantero polaco, puedes sufrir mucho. Regresan los tiempos en que la pizarra se hace protagonista: la de los rivales para encontrar los hándicaps del nuevo Barça de Xavi, y la de éste, por mejorar al equipo e imaginarse lo que preparan sus contrincantes.

Será muy interesante observar lo que suceda en un futuro inmediato. En este sentido, si me permiten aprovechar la experiencia, me gustaría recordar lo que pasó en el momento en que los rivales de los Barça campeones de Europa de Cruyff, Rijkaard, Guardiola y Luis Enrique pasaron del respeto al miedo y de éste, al pánico: se echaron atrás, eliminaron espacios, acumularon futbolistas y trataron con orden y disciplina reducir el talento azulgrana. Todos, Johan, Frank, Pep y Lucho sufrieron para encontrar nuevas soluciones para evitar, recuerden, aquellos ataques con exagerada circulación horizontal y sin profundidad (muy difícil de encontrar con equipos hundidos en su propia área). No sabemos si el Barcelona de Xavi va a ganar la Copa de Europa pero sí que los rivales, viendo el arranque del ejercicio 2022-23, van a reaccionar. Atención.

Mucho por hacer

A pesar de los buenos resultados a este Barcelona le falta muchísimo trabajo para alcanzar la versión necesaria para liderar todas las competiciones, sobre todo, para soñar en gobernar Europa. La plantilla tiene jugadores excelentes, talentosos, trabajadores y ambiciosos pero solamente se aspira a lo máximo cuando se abandona el concepto de las individualidades y se alcanzan los valores colectivos. Tiempo al tiempo.

De momento, en su territorio, Xavi Hernández ha sido valiente para renovar liderazgos y defender el orgullo futbolístico culé. El presidente Joan Laporta ha despertado al barcelonismo trayendo a futbolistas inimaginables para un Barça en ruinas: no nos olvidemos de la caótica situación en la que se encontró el club hace poco más de un año y que, más allá de la foto ilusionante que transmite el balón, sigue en estado de coma en el terreno económico.

Cerramos con la charla de los entrenadores. Xavi Hernández fue claro con su interlocutor: “Tú llevas mucho tiempo trabajando en la idea y por eso tú equipo se muestra sólido en sus convicciones; yo acabo de empezar y tú sabes que los inicios son duros. Ojalá todos me sigan y ojalá, tras los errores y las derrotas que van a venir, todos sigamos convencidos de que éste es el camino”. Veremos. 

De momento, que nadie se lleve a engaños porque queda mucho camino por recorrer, por ejemplo, para no sufrir como en los primeros 20 minutos del encuentro contra el Sevilla celebrado el pasado sábado en el Sánchez Pizjuán.