El Barça avisa a los fichajes: la 'dolce vita' de sueldos se ha acabado

El club quiere seguir reduciendo el salario estándar de la plantilla

Recién llegados como Christensen, Kessié, Raphinha o sobre todo Gündogan estarían ya por encima de lo deseado por la entidad

Gündogan: "Estoy aquí para ganar la Liga, la Copa y la Champions"

Gündogan: "Estoy aquí para ganar la Liga, la Copa y la Champions" / Ferran Correas - Valentí Enrich

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

En el Barça tienen claro que deben seguir ajustándose el cinturón a nivel de salarios. En los últimos años, la labor de Mateu Alemany ya se encaminó en esta dirección: el ya exejecutivo culé insistió en que las fichas anuales heredadas hacían del club una entidad insostenible. Ahora, el Barça quiere acentuar dicha dinámica todavía más.

Ante un serio problema de masa salarial, Alemany renegoció a la baja los contratos que pudo. En algunos casos fue solo diferimiento. En otros, sí se produjo una renovación claramente a la baja, mientras que en algunas ampliaciones el balear trató de contener al máximo la subida. El argumento era siempre el mismo: los salarios de antes se habían acabado. De ahí que algunas renovaciones, como por ejemplo las de Gavi, Balde o Araujo, requirieran más tiempo del esperado.

En verano de 2022, con las llegadas de Kessié y Christensen, el club azulgrana situó el nuevo salario estándar en la horquilla de los seis millones de euros. Ambos aterrizaron como agentes libres en la Ciudad Condal, por lo que el Barça prorrateó la virtual prima de fichaje en su salario. Tanto el marfileño como el danés firmaban inicialmente como jugadores de rotación. Es decir, de 'clase media' en la plantilla azulgrana.

Raphinha celebra su primer gol en Montjuïc con el Barça

Raphinha celebra su primer gol en Montjuïc con el Barça / Marta Perez

Diferente fue el caso de Gündogan este verano. En su caso, la ficha alcanza los nueve millones de euros netos y, además, el Barça se comprometió a ofrecerle dos temporadas más una tercera. Ilkay suponía un fichaje de lujo, de ahí que los azulgranas sacrificaran el orden salarial, pues el centrocampista estaba muy cotizado en el mercado.

A por un salario 'average' de cuatro-cinco millones por curso

Ahora, el Barça tiene claro que debe seguir reduciendo el salario estándar de la plantilla. En otras palabras, los 'nuevos' Kessié, Christensen y compañía ya no alcanzarán dichas cantidades. La situación actual obliga a apostar por jugadores libres o con un traspaso muy bajo, pero sin que esa circunstancia se vuelva en contra. El deseo del club es que una ficha anual 'average' no rebase los cuatro-cinco 'kilos'. ¿Cómo lograr eso? En el Barça piensan que reforzándose con jugadores jóvenes que procedan de equipos con salarios no astronómicos. Hoy en día, los azulgranas no pueden igualar los sueldos que sí ofrece por ejemplo la Premier League.

Así las cosas, el Barça ya ha trasladado a los hipotéticos fichajes que la hoja de ruta lleva a seguir estrechando el cinturón a nivel de masa salarial. En el escenario ideal, pues, jugadores como Raphinha o Christensen estarían ya por encima de lo deseado. Se quiere a una mayoría de plantilla que oscile alrededor de los cinco millones y, después, un selecto grupo que sí pueda percibir una cantidad superior, sin rebasar los 10 millones netos. Se trataría de los cuatro-cinco jugadores más diferenciales, pero no más.