El Barça Atlétic se diluye ante el Castilla y queda fuera del play off de ascenso

Empequeñecido ante el empuje de los blancos, el filial cae derrotado en el Di Stéfano (3-0) y se despide del ascenso

Un polémico penalti de Dionkou en el tiempo de descuento sentencia a los de Márquez, que apenas generaron juego ni ocasiones pese al 4-2 de la ida

Estanis, en el Di Stéfano

Estanis, en el Di Stéfano / FCB

Javier Giraldo

Javier Giraldo

El Barça Atlètic se quedó fuera del play off de ascenso, víctima de su propia inoperancia y del empuje y voracidad del Real Madrid Castilla, que se tomó el partido de vuelta, tras el 4-2 de la ida, como una cuestión de Estado.

Real Madrid Castilla - FC Barcelona Atlètic
3
0
Alineaciones
Real Madrid Castilla
Luis López, Pablo Ramón, Rafa Marín, Carrillo, Marvel, Peter Federico (Aranda, min. 73), Dotor, Mario Martín, Álvaro Martín (Iker Bravo, min. 73), Nico Paz (Gonzalo, min 58) y Álvaro Rodríguez (Arribas, min 58).
Barcelona Atlètic
Astralaga, Núñez, Carbonell, Riad, Dionkou, Marc Casadó, Aleix Garrido (Txus Alba, min. 82), Moha, Luismi Cruz, Estanis (Lamine Yamal, min. 64) y Roberto.

Se despide el filial del ascenso a Segunda: lo hizo tras firmar una triste puesta en escena en el estadio Alfredo di Stéfano, donde no hubo noticias del Barça. Fue un equipo menor, que solo se arrancó a jugar durante algunos minutos de la segunda parte, y que estuvo siempre en manos del Castilla. Los pupilos de Raúl, con Florentino Pérez en el palco, le pusieron más ganas al asunto.

No arrancó bien el partido el filial azulgrana, irreconocible en el Di Stéfano: temeroso, agazapado y a merced de la voracidad de su rival, un Real Madrid que empezó mucho más enchufado. El 4-2 de la ida lastró a los azulgranas y pareció dar alas a los madridistas, mucho más necesitados y ya con poco que perder.

Al mando de Dotor, el eje del conjunto blanco, el Castilla no tardó en imponer su guion de partido: mucha posesión, dominio territorial y balones al área; suficiente para empequeñecer al Barça, que no encontraba manera de sacudirse la presión.

Álvaro Martín y el propio Dotor dieron los primeros avisos antes del primer cuarto de hora, con sendos remates que se fueron desviados. El Barça seguía empeñado en sacar el balón jugado desde los pies de su portero, pero a los de Márquez no les duraba demasiado la pelota. En el cuerpo a cuerpo también ganaba el Madrid.

Marc Casadó, que había cuajado un partido excelente en el 4-2 de la ida, apenas logró tener el timón del equipo. Tampoco Aleix Garrido o Moha consiguieron imponerse en la medular. El Madrid, con más garra que técnica, empezó a ganar terreno, hasta que Dotor batió a Astrálaga con un remate de cabeza bombeado.

El Di Stéfano entró en combustión y el Barça se mantuvo impasible. En su versión más prudente y defensiva, el filial azulgrana apenas traspasaba la medular; más allá de algunas apariciones fugaces de Estanis por el carril izquierdo. nada más ofreció el Barça en la primera mitad, especialmente preocupante para los de Márquez. Solo la solvencia de Riad en el eje de la zaga y la solidez de Carbonell evitaron un estropicio mayor en los primeros 45 minutos.

Mejores sensaciones, peores resultados

En la reanudación, el Barça recuperó sensaciones: dio un paso adelante, sin alardes pero suficiente para que el partido fuese un poco más igualado. Logó montar dos contragolpes que al menos metieron el miedo en el cuerpo del Madrid. En uno de ellos, Núñez tuvo un disparo muy claro ante la meta de Luis López, pero su remate salió muy desviado.

Poco después, alcanzado ya el ecuador de la segunda parte, Márquez intentó refrescar el ataque del Barça: sacrificó a Estanis para dar entrada a Lamine Yamal, al tiempo que Luismi Cruz se enchufaba realmente al partido como creador de juego.

Sin embargo, el Real Madrid igualó la eliminatoria en un contragolpe perfecto: apertura a la derecha, centro templado al área y remate de cabeza impecable del catalán Iker Bravo, un ex de la cantera azulgrana.

El tramo final del partido fue un calvario para el Barça: su reacción en el arranque de la segunda parte se quedó en un simple espejismo.

Una pesadilla

Aranda estuvo a punto de firmar el 3-0 ya en el tiempo de descuento, pero la pesadilla se hizo realidad un minuto después, con una jugada confusa que el árbitro castigó con penalti. Saltó Dionkou a despejar un balón, pero lo tocó involuntariamente con la mano, en el peor momento posible.

Para alegría del Di Stéfano, el colegiado pitó penalti: lo marcó Arribas, verdugo definitivo de un Barça empobrecido en Madrid, triste final de temporada para un equipo que pese a ganar la ida (4-2) queda apeado de la lucha por el ascenso a Segunda.