André, un concertista en la final del Mundial de Clubes

El mediocentro del Fluminense, que Deco observa, tuvo un 99% de acierto en el pase y solo perdió dos balones ante la incansable presión del City

André demostró que tiene personalidad para sacar el balón limpio desde atrás, pero estuvo algo tímido en zona de ataque ante el mejor equipo del planeta

Todo empieza con él: André fue el MVP del Fluminense en el Mundial de Clubs

Una contra del Fluminense que empezó con André, MVP de la noche / Twitter

Joaquim Piera

Joaquim Piera

André Trindade pasó por un examen en la final del Mundial de Clubes, en la que su equipo, el Fluminense, fue goleado (4-0) por el súper Manchester City de Pep Guardiola. El internacional brasileño, de 22 años, estaba siendo observado por el barcelonismo y por Deco, que tiene su nombre incluido en la lista de mediocentros que busca para este mes de enero, en calidad de cedidos... y para el próximo verano.

André, así como le ocurrió a todo el Fluminense, tuvo que acabar rindiéndose a la evidencia. Delante tenía el mejor equipo del planeta, pero no por eso el mediocentro brasileño se arrugó.

Tal como pide y exige su técnico, Fernando Diniz, jugó con muchísima personalidad, principalmente a la hora de sacar el balón desde atrás.

Lo hizo de forma limpia, jugando en corto y sin amedrentarse ante la insistencia de la incansable presión alta del City, uno de los sellos de identidad de los conjuntos que entrena Pep Guardiola.

Tomó riesgos, pero salió casi siempre victorioso. ¡Tuvo un 99% de aciertos en el pase! (69 de los 70 intentados llegaron a buen puerto). Y solo perdió dos veces la posesión, lo que refleja su buen dominio técnico.

Es un pivote que ofrece su mejor versión en equipos técnicos que colocan el balón en el centro de gravedad. En la construcción, a la hora de auxiliar a los centrales (Nino y el veterano Felipe Melo), André estuvo muy participativo jugando en el doble pivote al lado de Martinelli.

Sin embargo, a la hora de ayudar en las acciones ofensivas en campo contrario, pecó algo de timidez, una actitud absolutamente lógica teniendo en cuenta la calidad y la superioridad apabullante del rival en la zona ancha. A todo el Flu le faltó punch y no acabó de carburar en el tercio final.

Otro de los aspectos en que pudo estar mejor fue en la contundencia defensiva. Mantuvo bien la posición, pero le faltó, en alguna ocasión, salir con más intensidad en el corte y en el cuerpo a cuerpo. 

En líneas generales, André mostró, a pesar de la contundente derrota de su equipo, que está listo para dar el salto al fútbol europeo y que, con el tiempo de adaptación necesario, puede ser un pivote válido para equipos que no rifan el balón.