Es la gran revelación del Barça B

La amigdalitis que impidió que Sergi Palencia fichase por el Espanyol

Sergi Palencia es el claro ejemplo que con mucho trabajo y mucha voluntad se pueden conseguir grandes cosas

Sergi Palencia, izquierda, con Adrià Arjona y Fran Alvarez tras ganar como alevines el torneo de Brunete. Los tres aún eran compañeros hace pocas semanas en el juvenil A

Sergi Palencia, izquierda, con Adrià Arjona y Fran Alvarez tras ganar como alevines el torneo de Brunete. Los tres aún eran compañeros hace pocas semanas en el juvenil A / sport

Josep Capdevila

No está siendo una buena temporada para el Barça B. Eso nadie lo puede discutir. Pero dicen que incluso de los malos momentos se pueden sacar cosas buenas. Y una de ellas ha sido la llegada al equipo de Sergi Palencia (Badalona, 23 de marzo de 1996). Cuando cogió al equipo hace dos meses, Jordi Vinyals devolvió a Patric a su posición natural, la de centrocampista, confía más en Sergio Juste como central que como lateral y no cuenta mucho que digamos con Joan Campins. Vinyals venía del juvenil y decidió confiar en un jugador que nunca le fallaba: Sergi Palencia. Lleva ya tres jornadas de titular indiscutible y tras el partido contra el Betis el propio técnico destacó su actuación.

Sergi no lo ha tenido fácil para llegar hasta aquí. Sergi comenzó a jugar a fútbol en el prebenjamín del Badalona. Y pronto destacó. Tanto es así que el Espanyol pronto se fijo en él. Le invitaron a pasar unas pruebas, pero cuando tenía que ir una amigdalitis le dejó KO. Si que pudo ir a hacer las pruebas una semana después, pero la enfermedad le había dejado bastante tocado. No estaba a su mejor nivel. Dos técnicos del Espanyol seguían su evolución. Uno tenía claro que lo quería fichar, pero el otro no. Decidieron que participase en un partidillo para así tomar una decisión final. Pero Sergi no estaba en su mejor momento. Y con la franqueza que le ha caracterizado siempre, les dijo que no quería jugar ese partidillo. Que prefería seguir jugando con sus amigos en Badalona. Una decisión que cambió su futuro.

Porque dos años después fue el Barça quien llamó a su puerta. Le vieron jugar en un torneo. Y no tuvieron dudas. Ni Marc Serra, ni Jordi Cordom, ni Albert Puig. Los tres vieron que ese jugador era interesante para el Barcelona. Y lo ficharon para el alevín B, que entonces entrenaba el propio Albert Puig. En el fútbol 7 siempre había jugado de centrocampista, pero Puig le puso de extremo. Y a Sergi no le gustaba. Y con la franqueza de la que hablábamos, así se lo hizo saber a su entrenador. Pero siguió jugando de extremo. Un día, el alevín barcelonista jugaba en el campo del Mercantil. Sergi, titular, jugó de extremo e hizo una muy buena primera parte. En el descanso, Albert Puig, en la charla con los jugadores, puso la actitud del de Badalona como ejemplo de lo que quería en el equipo. Y como "premio", en el segundo tiempo ya le hizo jugar de centrocampista. Fue ya en el infantil y con Andrés Carrasco como técnico cuando de acuerdo con el entonces coordinador del fútbol base, Albert Benaiges, se decidió que Sergi pasase a jugar de lateral derecho. Y ya no se ha movido de esa posición.

Albert Puig en dos ocasiones, Andrés Carrasco en otras dos, Franc Artiga y Quique Alvarez en sus dos años de cadete, García Pimienta en el juvenil B y ahora Jordi Vinyals en el juvenil A y el Barça B han sido los técnicos que ha tenido. En el baúl de sus recuerdos, guarda dos títulos con el alevín A de Andrés Carrasco: el del MIC ganando en la final al Real Madrid (el mismo día que cumplía 12 años) y el de Brunete, ganando 4-3 al Valencia en un espectacular partido. Le gusta mucho el jugador del Bayern de Munich Philipp Lahm, pero si tiene un espejo en el que mirarse ese es sin duda un barcelonista: Javier Mascherano.

Sergi disfruta ahora las mieles del éxito, pero sabe que no lo ha tenido fácil. Cuando tenía que dar el paso de infantil a cadete, en el Barça había muchas dudas sobre si debía seguir en el equipo o no. Y así se lo hicieron saber. Durante unos días parecía que estaba más fuera que dentro del club. Hasta que recibió una llamada de Albert Puig. "Tranquilo, Sergi, subes al cadete". Y es que a base de mucho trabajo, mucha fuerza de voluntad y mucha lucha, Sergi Palencia ha aprendido que no hay barrera que no se pueda superar.