La afición del Barça condena a Dembélé: "No olvidamos, Judas"

"Que la gente demuestre lo que siente", comentó Xavi Hernández en rueda de prensa previa al partido de vuelta ante el PSG sobre el recibimiento de la afición del FC Barcelona a Ousmane Dembélé. El extremo francés, que vistió la camiseta del Barça durante seis temporadas, abandonó el club el pasado verano a cambio de 50 millones de euros, de los que el Barça solo ingresó 35 según fuentes del club.

Aunque Dembélé solo tuvo buenas palabras sobre su tiempo en Barcelona, sus compañeros y Xavi, con quien tuvo una relación especial desde la llegada del técnico egarense, la afición blaugrana no perdona su 'traición' de irse al club parisino.

Además, el gol de Ousmane en la ida, con la posterior celebración extendiendo los brazos y jaleando a los aficionados del PSG, no sentó nada bien al barcelonismo. Aunque como os contamos en SPORT no había ningún mensaje contra el Barça en sus gestos, para muchos la imagen se explica por si sola.

Ni Mbappé, ni Dembélé... la gran atracción en la sesión del PSG fue Al-Khelaïfi

AMBIENTE MUY CALIENTE EN BARCELONA

Ante esta situación, y desde la previa del partido en los aledaños  de Montjuïc, Dembélé ha sido el foco de los gritos e insultos de algunos aficionados del Barça que la han tomado con el francés para descargar su rabia. En el camino del equipo hacia el estadio, se han podido oir cánticos de "P*ta Dembélé" y leer pancartas con mensajes como "Dembélé, no olvidamos, Judas".

En un ambiente completamente descontrolado y pasado de revoluciones ante el dispositivo insuficiente de los Mossos d'Esquadra, otros han aprovechado el recibimiento para quemar camisetas del PSG, e incluso abojo el humo de las bengalas algunos aficionados han lanzado objectos al autocar del Barça pensando que se trataba del transporte oficial del conjunto parisino.

EL ESTADI OLÍMPIC NO PERDONA

Con el partido en marcha, la situación no ha mejorado para Ousmane Dembélé. De hecho, en el momento que ha pisado el césped para calentar, ya ha oído los primeros pitidos. Durante el partido, en cada balón que ha tocado, el francés tenía una gran sinfonía de fondo, acompañada de algún improperio cuando ha perdido la pelota.