La sonrisa del MVP es la de todo el Barça de Grimau

Willy Hernangómez no ha dejado de sonreír desde el inicio de la temporada y este lunes tuvo más motivos que nunca al ser reconocido como el MVP de la jornada 11 gracias a su espectacular encuentro ante el Bàsquet Girona, que le llevó a una valoración de 36, su primer MVP como jugador del Barça.

Aunque esa sonrisa de la estrella del Barça, definitivamente se ha trasladado al resto del equipo que ante el Girona no solo dieron una lección de baloncesto, sino que se lo pasaron como nunca en la pista, desde los triples de Abrines sin error- tercer máximo triplista blaugrana en la historia-, hasta el despertar de Brizuela y la guinda, con la entrada en pista del joven base Kasparas Jakucionis, que anotó un triple.

Todo le salió redondo al Barça, que demostró poder jugar a un altísimo nivel y al mismo tiempo divertirse en la pista, y por su puesto en la grada donde los aficionados se lo pasaron en grande, con la única pena que la exhibición llegó ante un equipo ‘amigo’ donde juega el azulgrana Sergi Martínez que, por cierto, fue uno de los mejores del conjunto de Salva Camps.

Un equipo sin egos

El mayor logro de Roger Grimau es poder hilvanar un equipo sin egos, donde todos ponen de su parte, y no tienen reparos en ceder el protagonismo a otro si la situación lo requiere.

Parte del éxito de un equipo es conseguir esa unión en el grupo que el técnico ha logrado, precisamente desde las buenas maneras, sin gritos pero con exigencia, y que todos han respondido de manera efectiva.

Y es que hasta las bajas importantes como las de Jokubaitis y especialmente la de un Jan Vesely que ejercía de líder, han quedado bien cubiertas con el ‘hambre’ de un James Nnaji que cada día parece más seguro de su juego, o incluso de Oriol Paulí, al que le va la marcha desde la posición de base y que volvió a marcarse un encuentro más que destacable y con mucho protagonismo.

Cuando un equipo suma hasta 163 de valoración significa que el trabajo da buenos dividendos y al que todos se suman, ya sea con mayor o menor protagonismo.

El MVP de la jornada fue para un Willy que ha transmitido esa alegría dejando atrás la tensión que siempre acompañaba a un Saras Jasikevicius que entiende el baloncesto de otra manera, ni mejor ni peor, pero que debe adecuarse al equipo, y parece que con Grimau este equipo gana, que al final es lo más importante, pero con una sonrisa amplísima como todo el equipo exhibió tras el recital de juego y anotador ante el Bàsquet Girona. Una dinámica, ciertamente esperanzadora.