BMW i3

Prueba BMW i3 94Ah, el rival urbanita de Tesla

¿Puede el compacto 100% eléctrico de BMW convertirse en una alternativa real?

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BMW i3 94Ah. / motor

Según un estudio publicado por Bigbank, la escasez de puntos de recarga es la clave para no comprar vehículos eléctricos. Ante tal revelación, que era más una confirmación, la siguiente pregunta que surge es: Qué fue antes ¿el huevo o la gallina? Como usuarios ¿Debemos esperar a que todas las infraestructuras estén a la altura? O por otro lado ¿somos parte del impulso que requieren nuestras autoridades para ponerse realmente en marcha?  Ante tales dudas nos retamos a descubrir las posibilidades actuales de los coches y las motos eléctricas haciendo uso de la gama comercializada por BMW en ambos casos: el nuevo BMW i3 94Ah y la BMW C Evolution.

En este artículo hablaremos del nuevo utilitario eléctrico de la firma bávara, que firma una autonomía homologada de 300 km en su variante BMW i3 94 Ah, para enfrentarnos a los hándicaps de la movilidad cero emisiones. Para empezar, y si fuéramos unos compradores interesados en un eléctrico, el escollo inicial sería su precio de 36.700 euros en comparación a sus rivales como el Nissan Leaf o Renault Zoe, que tienen autonomías muy parecidas pese a su mayor tamaño. Es cierto que compramos un modelo alemán, y un BMW, por lo que decidimos apostar por una estética más emblemática y unos acabados al nivel de la marca premium.

Sin duda el BMW i3 es un vehículo que llama la atención y durante su prueba más de un curioso se acercó a preguntar sobre él. Su diseño futurista atrae las miradas tanto por su extraño concepto estético como los materiales de los que se nutre para reducir al máximo su peso a los 1245 kilogramos (el más ligero del segmento) y su arquitectura interior. Pese a eso BMW ha querido mantener el ADN de la marca con la típica parrilla de doble riñón. Eso sí, sin su función refrigerante que ya ha pasado a ser innecesaria. Otro detalle realmente característico es la desaparición del pilar B y las puertas traseras con apertura suicida que ambos aportan un perfil único al lateral del coche (casi de prototipo) cuando está abierto.

Su interior lo invade el minimalismo más extremo, con apenas huecos clásicos y mucho, mucho espacio para los pasajeros. Los asientos de cuero marrón claro resultaron ser más confortables de lo que parecían y el espacio para las plazas traseras al nivel que cualquier compacto urbanita del mercado. Los plásticos duros y materiales reciclados invaden su habitáculo protagonizado por un sencillo aporte tecnológico de dos pantallas, la multifunción y el cuadro de mandos. El maletero está al nivel de cualquier rival del segmento B con sus 260 litros.

FULL ELECTRIC

El actual BMW i3 94Ah ha sufrido ciertas modificaciones que permiten ampliar un 50% su autonomía en el ciclo estándar. De ese modo pasa de los 190 anteriores a los 300 kilómetros homologados por la firma. Como explicaremos a continuación, no llegamos a ver en el marcador dicha cifra y la máxima conseguida fue de 230. Los vehículos eléctricos juegan, por ahora, al gato y al ratón en cuanto a su potencia estimada (que no nominal) y este modelo en concreto firma 170 CV con un par instantáneo de 250 Nm que transmite la fuera sin interrupción a las ruedas traseras. Al nivel prestacional de cualquier deportivo, el BMW i3 consigue alcanzar los 100 km/h en tan sólo 7,3 segundos y en 3,8 segundos se pone a 60 km/h. Su velocidad máxima es de 150 km/h en el modo Comfort (el más permisivo) y se limita a los 120 km/h en el EcoPro y 90 km/h en el EcoPro+ (un sistema que invalida la climatización para ahorrar batería).

Tal y como asegura la marca las baterías han sido modificadas para alcanzar dicha autonomía sin necesidad de ampliar su tamaño. Esto supone un tiempo de recarga superior, un problema solventado mediante la aparición de la carga rápida CA multifásica de 11 kW, frente a los 7,4 kWh del BMW i3 60Ah, que consigue un tiempo récord de tres horas. Una velocidad que no pudimos comprobar ya que en nuestro párking sólo poseemos corriente doméstica con la que afirman tarda 10 horas.  El vehículo no llegó a estar conectado tanto tiempo pero podemos asegurar que en ningún momento sufrimos por su autonomía incluso con un viaje interurbano de por medio. Destacar que BMW asegura tener preparado al nuevo BMW i3 para una futura carga continua de 55 kW que permitirá completar el 80% en tan sólo 40 minutos.

UNOS DÍAS CON EL BMW I3

Ponemos en marcha el BMW i3 sin notar un simple cambio, sólo una luz en la piña situada a la derecha del volante (que posee el botón de arranque y el control de la transmisión) nos avisa que estamos listos para circular. Los primeros metros con el vehículo se resumen en sorpresa tras sorpresa. El silencio nos invade y empezamos a sentir detalles que muy a menudo pasan desapercibidos: la rodadura, el ruido ensordecedor del tráfico, los intermitentes… todo parece un caos a nuestro alrededor. Nos toca lidiar con un concepto de motor que obliga a cambiar el modo de conducir, nada es lo mismo. Su sorprendente retención al levantar el pie del acelerador permite frenar sin necesidad de cambiar de pedal y, de paso, ir aumentando el rango de autonomía (empezó en 208 kilómetros) mediante sus sistema de regeneración. Con el cuidado que caracteriza a los novatos nos colocamos en más de 220 kilómetros en tan sólo 15 minutos de tráfico urbano y la conocida ansiedad de autonomía desaparece por completo, podríamos estar toda una semana sin necesidad de recargar el vehículo siempre y cuando conozcamos nuestra ruta.

Durante nuestra circulación por ciudad la recogimos los datos que diferenciaban a un modo de conducción del otro, es decir hasta qué punto el rango se incrementaba si activábamos el modo más conservador. De media las variaciones se mantenían en 12 kilómetros de diferencia entre el Comfort y el Ecopro y de hasta 30 kilómetros en comparación al Ecopro+. También pusimos a prueba sus posibilidades por vías rápidas y una vez calculado el consumo, de aproximadamente 19 kWh cada 100 kilómetros, nos aventuramos a visitar a unos amigos, previo conocimiento de la posibilidad de enchufarlo a nuestra llegada. Como la mayoría de los usuarios las dudas nos atenazaban constantemente ¿Podré realizar este trayecto sin problemas? ¿Y luego qué? ¿Y si no consigo cargar? Ante tales vacilaciones lo mejor es planificar la ruta con cierto margen para errores tales como una desconexión eléctrica en mitad de la recarga y, sobre todo, conocer bien los márgenes temporales con los que se cuenta.

Tras una semana como propietarios de un BMW i3 94Ah sacamos varias conclusiones derivadas principalmente de la falta de infraestructuras y la esperanza que los fabricantes encuentren un sistema de recarga instantánea. Los eléctricos empiezan a ser una opción pero todavía no están listos para convertirse en una alternativa completa pero si real para traslados urbanos e interurbanos.

  • La batería es insuficiente para largos desplazamientos: El BMW i3 se convierte en el aliado perfecto para el día a día, incluso si su vivienda (con disponibilidad de tener un cargador en el parking) se encuentra a las afueras de la ciudad. El problema llega ante cualquier desplazamiento imprevisto o viajes de larga distancia, es necesario contar con otro modelo en el parking para estas ocasiones.
  • El comportamiento dinámico es sensacional: el compacto eléctrico de la firma alemana nada tiene que envidiar a sus rivales de combustión tradicional, más bien al contrario. Su estabilidad es sorprendente pese a montar unas ruedas pequeñas en llantas de 19 pulgadas (de serie) pensadas para reducir el consumo y su radio de giro es ideal para la ciudad. Las prestaciones de este urbanita, sobre todo su aceleración, sacarán una sonrisa a cualquier petrolhead ansioso por liberar adrenalina.
  • La infraestructura estatal no está preparada: los cargadores del consistorio son mínimos y muchas veces se encuentran ocupados por vehículos de propietarios irrespetuosos que se lo toman como un aparcamiento infinito. En las propiedades privadas (parkings) su existencia es casi un milagro y el mantenimiento pésimo.
  • El precio tira para detrás: es complicado que un usuario, ante tantas dificultades, tome la iniciativa de complicarse la vida por un vehículo que cuesta como un GTI. Está por ver cómo actuará el mercado con las ayudas del Movea.