Nico Richotti y Tim Abromaitis, de leyenda a leyenda del basket

Abromaitis ha alcanzado a Richotti como el jugador del CB Canarias que más encuentros han jugado en la ACB

El norteamericano va ahora a la caza de Jaime Heras, el primero en el ránking global

Nico Richotti y Tim Abromaitis, en la sala de trofeos del CB Canarias

Nico Richotti y Tim Abromaitis, en la sala de trofeos del CB Canarias / Emilio Cobos (CBC)

Carlos García

"Él sí, pero yo no...", responde ruborizado Tim. "No, a ver, más bien un histórico... Lo de leyenda es muy grande", comenta enseguida, también con cierta timidez, Nico. Lo reconozcan o no, lo cierto es que tanto Abromaitis como Richotti ocupan un lugar más que destacado en el CB Canarias. "Es verdad que he vivido muchas cosas dentro del club y me siento importante dentro de su historia", admite ya, con mayor naturalidad, el de Bahía Blanca. "Cuando yo llegué ya el equipo había progresado mucho, y eso fue en gran medida gracias a Nico. Yo solo era uno más", añade sobre ello el ala pívot estadounidense.

Con el del pasado domingo en Vitoria contra el Baskonia Abromaitis llegaba a los 182 partidos en ACB con la camiseta del Lenovo Tenerife. Los mismos que en su día acumuló Richotti, si bien en el cómputo global el argentino mantiene una pequeña ventaja gracias a sus cursos previos en la LEB Oro. Números que, con el paso de los años, les han despojado de la etiqueta de extranjeros para convertirlos en dos canaristas de la casa.

"Lo recuerdo perfectamente como si fuera ayer", señala Tim sobre cómo se produjo su llegada al club lagunero en el verano de 2015. "Tenía la opción de quedarme en un club de Alemania [había jugado ese curso en el Braunschweig] o venir al Canarias, y quería probar en España, tener una oportunidad en la ACB. Fue bastante fácil tomar una decisión", relata Abromaitis. No esconde el interior aurinegro que en aquel momento "apenas sabía ni del club ni de las islas". "Solo quería tener una oportunidad en la ACB", repite sobre una apuesta que acabó siendo ganadora para ambas partes.

La llegada al club lagunero de Richotti fue con un mayor conocimiento de causa (ya había jugado dos cursos antes en el San Isidro de EBA), pero a la vez rodeada de mucha más incertidumbre. Al final fue, según él mismo admite, "estar en el momento y el sitio oportunos". Residente en la Isla por su pareja, Nico "estaba sin equipo" y pidió entrenarse con el Canarias. "Tuve la suerte de que hubo un par de lesionados en la pretemporada y el club se fijó en mí", recuerda sobre una especie de selección "por un puesto junto a Dave Fergerson". "Al final el club me ficha a mí. Lo hizo con un contrato temporal, que acabó siendo de unas cuantas temporadas...", rememora entre risas.

Richotti vivió nueve campañas como canarista. Abromaitis se encuentra en la sexta dentro de una segunda etapa, tras una primera interrumpida para irse al Zenit de San Petersburgo. "Cuando me fui lo hice por la misma razón por la que vine, porque sentía que era una oportunidad para dar un paso más en mi carrera", recuerda. Ahora, con perspectiva, admite que "sabía que sería muy difícil encontrar un sitio como éste", en el que se "sintiera como en casa".

Ese estado de confort, más allá de los éxitos deportivos, y también el formar una familia en la Isla han tenido mucho ver en la prolongada estancia de ambos en el CB Canarias. Y ahí, Tim pone como ejemplo al Richotti de su máximo espelndor. "Cuando llegué aquí él estaba jugando a un gran nivel y sé que tenía otras oportunidades, pero él quería quedarse aquí. Fue algo que me llamó la atención", apunta el norteamericano mientras el exescolta se sorprende de cómo se pudo acabar enterando Abromaitis de este secreto.

"Obviamente en mi caso todos esos aspectos tuvieron mucho que ver", señala Richotti, para el que "a la hora de valorar diferentes ofertas, no todo es dinero, sino que hay otros factores que influyen para tomar decisiones". "El estar en tu casa, en un sitio en el que te sientas cómodo y con la familia cerca, ayuda un montón", añade el de Bahía Blanca. Tal vez por esto mismo el futuro de Tim podría seguir ligado con Tenerife. "Quizá no en el club como Nico, porque no me veo mucho continuando en el mundo del baloncesto, pero lo de la Isla puede ser, no lo descarto", señala con una sonrisa, pero a la vez dejando claro que no piensa todavía en ese momento, ya que se ve "jugando al menos un par de años más". Tiene contrato con el CB Canarias hasta el término de la 24/25.

Cuestionados por si son capaces de quedarse con algún momento de su relación con el CB Canarias, ambos ponen como ejemplos la consecución de títulos como "las Champions y las Intercontinentales", logros que quedarán en sus mentes "para siempre". Incluso, en el caso de Abromaitis, a la lista se añade el tapón a Joel Parra que supuso el pase a la final de la Copa del Rey 2023, y que el propio jugador califica como "uno de los momentos más grandes" de su "carrera deportiva".

Sentimiento de familia

Sin embargo, tanto Tim como Nico vuelven a tirar por la vertiente emocional. Y ahí aflora el "sentimiento de familia" y "la unión" con todo lo relacionado con el club. "Eso no lo he vivido en ningún otro lugar", reitera el norteamericano. En Richotti, por su parte, permanece intacto el recuerdo "del enorme cariño recibido por parte de la afición cuando ni formaba parte del equipo". "Hubo una conexión muy rápida. Ese sentimiento de pertenencia y estar como en casa, y que además en lo deportivo viviera mis mejores años como deportista... Todo se une para que éste sea un sitio ideal", añade Nico a modo de resumen.

Mientras ambos tratan de adivinar, a vuela pluma, cuántos partidos suman con la camiseta del Lenovo Tenerife (Nico alcanza los 284 y Tim está ahora mismo en 270), el argentino tiene claro, en esas suposiciones numéricas, que el de Conneticut le "superará, seguro". En el horizonte otra leyenda aurinegra, Jaime Heras. El de Jardina sumó como canarista 63 partidos en ACB, pero su extensa trayectoria en la LEB Plata y en la LEB Oro le catapultan hasta las 339 presencias. Es, dentro de la era moderna, el aurinegro más baqueteado. ¿Logrará superarlo Abromaitis?