La noche del 22 de mayo de 2017 alrededor de las 22:30h tuvo lugar una explisión en el estadio Manchester Arena, al término del concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande. La cifra de muertos ascendió a 22 y hubo más de 60 heridos. La mayoría de víctimas son adolescentes que acudieron al concierto. Las autoridades británicas confirmaron que se trataba de un ataque suicida y la primera ministra, Theresa May, suspendió la campaña electoral.