Pep y Valverde: el orden y la aventura

Guardiola está revolucionando Inglaterra con sus números

Guardiola está revolucionando Inglaterra con sus números / AFP

César L. Menotti

César L. Menotti

Pep Guardiola ha logrado un desarrollo y una continuidad de la idea del fútbol de posesión. Es orden y aventura. Su gran mérito es su apuesta por el desarrollo de las variantes del juego colectivo: consolidar su idea en el tiempo y en el trabajo en todos los equipos que dirigió, tanto en el Barcelona como en el Bayern y en el City. Y su éxito se impone desde su idea, lo que genera un respaldo ante la adversidad. 

El año pasado, un sector de la prensa inglesa lo cuestionó diciendo que no se podía jugar al fútbol de posesión en la Premier. Pero ha revertido las críticas esta temporada y se ha impuesto su idea desde el buen gusto por el juego, pero también sostenido por el éxito, que son los argumentos de un debate histórico. 

Hay entrenadores como Mauricio Pochettino, Arsène Wegner o incluso el italiano Antonio Conte que promueven el fútbol espectáculo en la Premier. Pero es muy lindo ganar como lo hace el Manchester City de Guardiola. Recuerdo que en el último partido ante el Arsenal se dio una jugada en la que pareció que hubo 40 toques antes de que la pelota entrara en la portería. No tiene ‘el jugador’. No tiene a Messi o Neymar, o un Cristiano, sino que el armado de su equipo tiene un gran sentido colectivo, como sucedió en el Bayern, donde dirigió a figuras ya consagradas. 

Este año, en la Liga quizás sean el Barcelona y el Valencia los equipos que mejor funcionamiento colectivo han mostrado hasta el momento. Valverde ha conseguido que la transición post-Luis Enrique y Neymar sea pacífica. No se ha resentido el funcionamiento del equipo y es un gran mérito del entrenador. Ha encontrado un orden en que, aunque el equipo no brille, le permite sostener la elaboración del juego con cierta tranquilidad y ganar con solvencia los partidos. 

Esperaba más del clásico entre el Atlético y Real Madrid, pero fue un partido distinto. Fue anodino. Raro. Cuando el Atlético tenía que buscar el resultado perdió sus formas en cinco minutos. Y el Madrid solo tuvo pasajes del juego que es capaz de mostrar. Creo que influyó la fatiga en algunos jugadores que viajaron con sus selecciones a disputar amistosos. Los viajes, los cambios de rutina, las temperaturas... Todos los jugadores sufren estos partidos. 

No fue un clásico punzante. Esperaba otro partido, más emotivo. El Barcelona también sintió la fatiga de los amistosos internacionales que disputaron sus jugadores. Había cansancio en los futbolistas, que tendrán que recuperarse para encarar el tramo decisivo de las competiciones.

Pero el Barcelona de Valverde tiene una ventaja respecto al Atlético y al Madrid de esta temporada. Por más que no brille no pierde el orden. Puede perder la aventura en un partido. A esto me refiero. El escritor Jorge Luis Borges decía que para escribir literatura se necesitan orden y aventura. Si eres ordenado y no tienes aventura no encontrarás el éxito. Y viceversa. El Barca ganó desde el orden el último partido, no desde la aventura que emprenden sus talentosos. Pero aun así lo hizo con tranquilidad. Pero su estilo sigue siendo buscar la aventura. Y lo hace también desde sostener  la convicción en una idea de juego, pero con orden. Y no se altera. Valverde ha conseguido que su equipo no se desdibuje en la búsqueda del resultado.