El Mundial, un borrón en el currículum de Messi

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Cuántos golpes de tal calibre es capaz de soportar una persona a la que, desde pequeño, la han obligado a ganar el Mundial? Leo Messi nació en Rosario, donde el fútbol es religión, pero se hizo hombre en Barcelona. También arropado por el Mediterráneo le coronaron como el mejor jugador de la historia, galardón simbólico que solo discuten donde nació. Y todo por culpa de un torneo que se juega cada cuatro años, una competición caprichosa e impredecible. Toda la culpa del infierno que Messi vive cada cuatro años la tiene Maradona y sus dos goles a Inglaterra en el Mundial del 86. ¡Maldito Mundial! 

Messi, catalán en Argentina y argentino en Catalunya, dejó el césped del Kazan Arena con la misma cara de siempre, la que puso en Alemania, Sudáfrica y Brasil. Leo fue el futbolista argentino más joven en 2006, peleó la titularidad, le dieron el brazalete, el mando de todo y la ascendencia para hacerle sentir en casa. Y no. Nunca se sintió como en casa. Leo Messi nunca ha notado ese calor único que desprende el Camp Nou, ni la complicidad en el césped de quienes han crecido junto a él. Ni una sola vez ha fluido vestido con la camiseta de Argentina como fluye enfundado en la blaugrana. El ‘10’ a la espalda, el brazalete o el pasaporte argentino no significan nada. No aportan nada. Las más grandes historias de amor no se construyen con regalos materiales. 

un cuerpo extraño

Sampaoli cambió por enésima vez el sistema ante Francia. Y podría cambiarlo tantas veces como partidos juegue Argentina con Messi. No notará mejora alguna. Las victorias son circunstanciales, al igual que las derrotas. El problema no es el dibujo, ni los jugadores que lo forman. Para encontrar la razón por la que Leo aparece como un cuerpo extraño en la albiceleste hay que retroceder dieciocho años, cuando, con trece años, un renacuajo decidió cambiar su destino y el del fútbol trasladándose a Barcelona. Aquel día lo cambió todo y los éxitos en el Barça pasarían a equilibrar los fracasos con Argentina. Porque ambas cosas están íntimamente conectadas.

¿su último mundial?

Rusia pudo haber visto la última versión del internacional argentino Leo Messi. Qatar 2022 aparece como algo borroso en el horizonte y el ‘10’ tendrá 35 años. Predecir su evolución es tan complicado como pensar que, aunque llegue a jugarlo, algo habrá cambiado para que el capitán de la albiceleste tenga la oportunidad de ganar su primer Mundial. ¡Maldito Mundial! ¡Qué manera más grotesca de ensuciar el currículum del más grande!