El único sitio donde Messi puede ser feliz se llama Barcelona

Leo Messi quiere seguir con su racha goleadora ante la Roma

Leo Messi quiere seguir con su racha goleadora ante la Roma / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

Lo que no puede ser no es y además es imposible. Argentina soñó durante unos minutos ficticios con el milagro, pero dos latigazos de un portentoso Mbappé dejaron a la albiceleste fuera del Mundial con todo merecimiento. Fue un partidazo que pasará a la historia de los Mundiales, en el que hubo dos remontadas, del 1-0 al 1-2 y del 1-2 al 4-2, en el que Argentina se mantuvo con vida solamente por su capacidad innata de lucha. Porque en lo que al fútbol se refiere todo fue en realidad profundamente desigual: la selección francesa es hoy infinitamente superior a la argentina, básicamente por la impresionante energía y juventud de sus futbolistas. Especialmente de Mbappé, que ayer pareció un calco de aquel primer Ronaldo prodigioso que llegó al Barça, con una velocidad que supera la de cualquier otro futbolista.

Las cabalgadas del joven francés fueron puñaladas imparables para la endeble defensa argentina, que asistió al recital del joven francés casi como un espectador más. Las cosas son como son: hace justo un año, el Barça tenía encima de la mesa la posibilidad de ir a por Mbappé y Dembélé, y escogió este último, que sin duda es un buen jugador, pero la prueba de que está a años del primero es lo que vimos ayer.

Uno hoy es de momento la gran estrella del mundial, el otro ni siquiera jugó. Pero el partido de ayer deja un asunto mucho más peliagudo para los intereses del Barça, que es la gestión de la inevitable tristeza de Messi, que ve como se le escapa su (casi) última oportunidad para ganar un Mundial. En Catar 2022 Leo tendrá 35 años, y hoy no parece posible imaginar para entonces una albiceleste competitiva que entienda su juego y se adapte a sus condicionantes físicos. Resulta que el mejor jugador que hemos visto jamás tendrá que convivir con el sanbenito de no haber ganado nunca un Mundial, especialmente en su Argentina, donde un entorno tradicionalmente mucho más hostil que el de Barcelona se lo recordará de manera periódica.

El Barça no puede hacer nada más que acompañar a Messi en su dolor y hacerle ver que la única manera de superarlo es que entienda que Barcelona es el único sitio donde puede ser feliz en los últimos años de su carrera futbolística. No cabe otra medicina.