Mónaco, el campeón del equilibrio

El Mónaco sospecha, como lo hace toda Europa, que esta temporada tendrá muy crudo aspirar a la Liga francesa. El PSG arrasó en el mercado y con el cierre de Mbappé (por el que recibirá en 2018 los 180 millones de euros pactados en su venta) el favoritismo del club de la capital es absoluto.

Al club del Principado le quedará el consuelo, que no es poco visto lo visto, de mantener una plantilla competitiva para pelear en Francia y en Europa. Y de mostrar a futbolistas llamados a protagonizar trasvases millonarios en un futuro más o menos cercano.

Más allá de los fichajes de Keita Balde, Jovetic o Tielemans de este verano, en el vestuario de Leonardo Jardim se mantienen jugadores como Lemar, Fabinho o Sidibé, con precios que ya se estiman alrededor de los 100 millones de euros.

Desde 2013 ha gastado 454 millones de euros en fichajes... Y ha ingresado 467

Desde que regresó a Primera División bajo la dirección de Claudio Ranieri en 2013 el Mónaco de Dmitri Rybolovlev ha invertido la generosa cifra de 454 millones en fichajes... Pero le ha respondido ingresando 467 en traspasos. Un equilibrio fenomenal y que sin acercarse a las maravillosas balanzas financieras del histórico Porto sí le colocan entre los ejemplos a seguir en el continente.

Rybolovlev negoció con el Príncipe Alberto la compra del club en 2011, cuando acababa de descender a Segunda División y crecía en Francia la sensación de que no volvería a disfrutar de la gloria del pasado. El equipo, de hecho, no logró ascender y en mayo de 2012 el empresario ruso despidió a Marco Simone y entregó el mando a Claudio Ranieri, que dos meses antes había sido despedido por el Inter de Milán.

Con Ranieri el Mónaco ascendió en 2013 (con tres jornadas de antelación) y dio un paso al frente, un cambio, que se escenificó en su intención de volver a ser grande. Gastó 160,7 millones de euros en fichajes, con James y Falcao al frente, y le mantuvo 26 jornadas el pulso al millonario PSG de Blanc, Ibrahimovic y Cavani.

Acabó la Liga en segundo puesto y en una decisión al principio controvertida el dueño del club prescindió de Ranieri para fichar a Leonardo Jardim, un tipo discreto y sin excesivo currículum a sus espaldas.  La temporada 2014-15 la acabó en tercer lugar, como la siguiente en que, además, fue eliminado por el Valencia en la previa de Champions (cuando un año antes había alcanzado los cuartos de final).

Martial es el punto culminante, pero no único, de su excelente política 

Llegó a escribirse que el técnico portugués podía peligrar en su puesto... Pero Vadim Vasilyev, vicepresidente y director general del club no solo le mantuvo la confianza, sino que en 2016 le reforzó con la llegada de Antonio Cordón a la dirección deportiva, reforzando aún más la parcela técnica del club, cuyo desempeño en el mercado de fichajes seguía sorprendiendo.

En 2014 ya dio el golpe con el traspaso de James Rodríguez al Real Madrid por 75 millones de euros para, en 2015 superarse con las operaciones de Martial, Kondogbia o Kurzawa. El Mónaco cerró la temporada 2015-16 vendiendo por cerca de 180 millones y convirtiendo a Martial en el segundo futbolista francés más caro de la historia por detrás de Zidane.

Los traspasos de sus cracks le han supuesto un beneficio de 269 millones

La pasada temporada fue el momento de recoger los frutos. Lo imposible se convirtió en realidad y gastando apenas 50 millones o ingresando menos de 20 el Mónaco acabó con la tiranía del PSG. Conquistó la Liga 17 años después y volvió a convertirse en el gran protagonista del mercado.

Este último verano ha gastado 102 millones de euros en fichajes, con los 30 pagados a la Lazio por Keita Balde al frente, y ha ingresado 177,5. De ellos 147,5 han sido entre Mendy, Bernardo Silva y Bakayoko, con una rentabilidad de 110 millones entre los tres.

Con la venta de sus cracks desde el verano de 2014 (James), el Mónaco no solo ha sumado 408,76 millones de euros, sino que ha logrado una plusvalía de 269 millones... Claves para que Rybolovlev haya conseguido el crecimiento constante y firme de un club con sabor a milagro.