MI VERDAD

Pep se va a casa para tomarse un año sabático

Josep Maria Casanovas

LA DECISIÓN ESTÁ TOMADA. Si nadie lo remedia a última hora, Guardiola tiene previsto anunciar hoy que da por concluida su etapa como entrenador del Barça. Considera que no tiene motivación suficiente para seguir, mentalmente se siente agotado, le falta energía positiva y considera que lo mejor para el equipo es un cambio de técnico. Es una decisión personal e intransferible. Lleva seis meses dándole vueltas y nada le ha hecho cambiar. Terminan cuatro temporadas memorables con un récord de títulos espectacular. Es el punto y aparte de un técnico que se va a casa, que no escuchará ofertas, que quiere tomarse como mínimo un año sabático que tiene bien ganado. Si dejara el Barça para irse al Inter o al City, podría considerarse como una traición y levantaría muchas críticas. Pep lo sabe y prefiere irse por la puerta grande a casa, con una rueda de prensa que lleve su marca, con un discurso bien estructurado en el que explicará a fondo las razones que le han llevado a decir no.

NO QUERÍA ACABAR MAL. Guardiola siempre dijo que no se veía en el papel de convertirse en el Alex Ferguson del Barça. También tenía muy claro que no quería acabar mal, o sea despedido por malos resultados. Prefiere irse ahora antes de que le tengan que empujar a la puerta. No se ve con fuerzas de arrancar otra temporada con el compromiso/obligación de tener que ganarlo todo. Él mejor que nadie sabe que esto es imposible. Los seis títulos de hace dos años y los cinco de la campaña anterior son irrepetibles. Esta temporada ha sufrido mucho cuando ha visto que el equipo quería pero no podía. Sabe que la plantilla necesita una serie de cambios y que hay que prescindir de jugadores que lo han dado todo. Pep llega al final de su ciclo con la satisfacción del deber cumplido, aunque esto no significa que el ciclo triunfal del Barça haya concluido. Si quisiera podría seguir de mánager general poniendo a Tito Vilanova como entrenador. Pero no es su estilo. Se dedicó en cuerpo y alma al cargo y no es amigo de componendas.

UN PROBLEMA PARA ROSELL. Si se confirma esta mañana que Pep no continúa, el problema lo tiene Sandro Rosell. Hasta ahora lo ha tenido fácil con Guardiola, para bien y para mal todo pasaba por él. Nadie se atrevía a discutirle nada y su palabra era la ley. A veces incluso parecía que mandaba más que el presidente. En el futuro nada será igual. El sucesor tendrá un poder más limitado y se encontrará con una plantilla modelada y madura. Encontrar un técnico que encaje en el banquillo del Camp Nou y sea respetado por los jugadores es de nota. Vaya por delante que descubrir otro Pep se nos antoja un imposible. Lo suyo es la excepción que confirma la regla. Un caso único, de las categorías inferiores dio el salto con éxito al primer equipo. Pero después de decir que la elección será difícil y complicada, que conste que no hay nadie imprescindible. Bielsa, Blanc y Valverde son los primeros nombres que han aparecido en el Plan B. Una cosa está muy clara: Pep ha dejado el listón tan alto que el próximo técnico corre el riesgo de vivir una transición difícil.