MI VERDAD

Más que una acusación, parece una persecución

El fiscal pide 7 años para Rosell y más de dos para Bartomeu

El fiscal pide 7 años para Rosell y más de dos para Bartomeu / sport

Josep Mª Casanovas

Un caso para no dormir. Paradojas de la vida, la felicidad en Can Barça no dura ni doce horas. El domingo, a las once de la noche, el equipo se apuntaba una meritoria victoria ante el Madrid. Alegría en el Camp Nou y satisfacción en el vestuario. El lunes, a las doce del mediodía, el club encajaba una derrota en la Audiencia Nacional al conocerse el escrito de acusación del fiscal José Perals; siete años y seis meses de prisión para Rosell y dos años y tres meses para Bartomeu. Un golpe muy duro que la directiva interpreta como una condena injusta ya que además solicita 33 millones de euros al club en concepto de multas e indemnizaciones. Más que una acusación, parece una persecución, una cacería ya que son tratados casi como delincuentes. Lo hemos escrito varias veces. El Barça es víctima de la guerra política que se vive entre el Estado y Catalunya con la independencia como trasfondo. Parece una exageración que dos delitos fiscales y un delito societario puedan acabar de esta manera. El ‘caso Neymar’ parece no tener fin. Es un culebrón de terror. Una espiral envenenada que escapa del sentido común y de la lógica judicial. Si fueran condenados a lo que reclama el fiscal, Rosell y Bartomeu tendrían que ingresar en prisión ya que las penas por encima de los dos años se ejecutan de manera efectiva.

Cambio de estrategia. El Barça se encuentra acorralado en un callejón sin salida. La maquinaria judicial avanza peligrosamente y el proceso no se detiene aunque el presidente Bartomeu reitere en vano su inocencia. Los abogados que asesoran al club recomiendan cambiar de estrategia para que este caso no se haga eterno con el perjuicio que significa para la imagen del club y sus protagonistas. La única solución posible para no llegar a juicio pasa por el pacto con la Hacienda Pública. Esta posibilidad se contempló hace meses y se descartó ya que implicaba la confesión del delito y Rosell se opuso. Visto lo visto, de nuevo se abre esta ventana, pactar un acuerdo que satisfaga económicamente a la Agencia Tributaria y al mismo tiempo conlleve el reconocimiento de culpa. Es decir, reconocer fallos técnicos en la contratación de Neymar en línea con la acusación de delito fiscal de que se les acusa. A veces es mejor un mal pacto que un buen juicio. Sería la forma de dar carpetazo al tema y evitar la amenaza de prisión que pende sobre las cabezas de Rosell y Bartomeu. De lo contrario, pueden salir más perjudicados en el vía crucis judicial que les espera.