Fiesta alemana en Wembley

Dominador absoluto de la temporada, con un triplete en el horizonte y la consideración de ser el equipo más en forma del continente, el Bayern de Múnich se presenta en Wembley con la inevitable etiqueta de favorito de una final que ya perdió el año pasado y en la que se le presenta delante el fantasma del fracaso, vestido de un Borussia Dortmund que, aquejado de la ausencia vital de Götze llega dispuesto a dar un golpe maestro.

Campeón de la Bundesliga las dos temporadas anteriores, el equipo de Jürgen Klopp da la sensación de encontrarse al final de un recorrido, en vísperas de contemplar como su plantilla sufre el asalto de los rivales con dinero de por medio y sintiendo que está en el lugar idóneo en el momento oportuno. Hoy o nunca, el Borussia acude cediendo todo el protagonismo al rival pero dispuesto a morir en el intento. Si ya arrodilló al multimillonario Real Madrid, nada hace pensar que no sea capaz de redondear su obra maestra.

De hecho, el objetivo es poner la guinda a una época dorada, en la que a las órdenes de Klopp el equipo dejó por detrás a su rival de hoy en la Bundesliga durante dos temporadas y que ha pasado de ser un secundario en el campeonato local a convertirse en un protagonista entre los grandes de Europa.

Para el Bayern de Heynckes, una vez reconquistada la Ensaladera en la Bundesliga con una superioridad aplastante, el partido de esta noche le ofrece la posibilidad de confirmar los augurios que ha mostrado desde inicio de curso, con una temporada excelente, que en su inicio estuvo marcada por el reto de recuperar el primer lugar en el fútbol alemán que le había sido arrebatado por el mismo rival al que pretende hoy dejar en la cuneta.

Además, el gigante bávaro 'necesita' vencer para resarcirse de las derrotas sufridas en las finales de 2010 ante el Inter y del año pasado frente al Chelsea. Ganar la 'Orejona' en su tercera final en cuatro años serviría para que algunos de sus futbolistas como Lahm, Ribéry, Schweinsteiger o Robben alcanzasen la excelencia y abandonasen el estigma de los perdedores que comienza a pesar en el entorno.

Echando una ojeada a la temporada continental, el papel de favorito del Bayern no ofrece ninguna duda. Mientras al Borussia le salvó un milagro frente al Málaga y superó con solidez pero sin contundencia al Real Madrid, el Bayern se paseó ante dos favoritos: arrodilló sin pestañear a la Juventus y aplastó sin piedad al Barça. La imagen ofrecida en el Camp Nou, de hecho, es la mejor carta de presentación posible ante la fiesta de esta noche.

La Champions que comenzó presentando a Barça y Real Madrid como máximos aspirantes, acaba con la Bundesliga tomando el papel protagonista. Con el Bayern necesitando un título que se le ha escapado ya dos veces en los últimos tiempos y un Borussia ávido de gloria y consciente de estar ante una oportunidad única de conseguir un éxito por el que pocos podían apostar.