Varias lesiones y apariciones intermitentes fueron suficientes para enterrar 37 años de leyenda viva y un palmarés único en la historia del fondo. Bekele había estado ausente. Y es que la dinámica acelerada en la que vivimos atenta contra el corredor fiable, contra las trayectorias de largo recorrido, y en este caso ya se había cobrado como víctima el papel hegemónico del rey del fondo mundial.
Aparentemente amortizado en la distancia de Filípides, el maratón de Berlín, el más rápido de los que existen, suponía la octava participación en la distancia del triple campeón olímpico, cinco veces ganador de títulos mundiales en 5 y 10.000 m, 11 títulos en el Campeonato Mundial de Cross y dueño y señor del récord mundial en los 5 y 10.000 metros. A saber. Debutó con victoria en el maratón de París en 2014 (2:05:04). El mismo año en Chicago fue cuarto con 2:05:51. Su progreso en la distancia vaciló en 2015, en Dubai, donde tuvo que retirarse debido a una grave lesión en el aquiles. En 2016, nos volvió a mostrar su pedigrí con un tiempo de 2:06:36 en Londres 2016, con escasas semanas de preparación. En Berlín 2016 ya reapareció sobre sus propias cenizas. En el mismo escenario donde se amontonan récords mundiales demostró al mundo su valía con un tiempo sensacional de 2.03:03, por aquel entonces segunda mejor marca de siempre, a escasos 6 segundos del Récord del Mundo de Dennis Kimetto (2h:02:57).
Hoy, tres años después, con el récord del keniano Eliud Kipchoge mediante del pasado año (2:01:39) y dos participaciones discretas en el maratón de Londres en 2017 y 2018, Bekele volvía a la mismísima puerta de Brandenburgo para desplegar toda su sabiduría, que es mucha, tras 3 meses escasos de preparación. Y vaya si se mostró. Con su incesante sacacorchos en forma de molinillo reescribió la historia del maratón alcanzando un registro de 2:01:41, tan sólo a dos segundos del récord del mundo, consolidando – por si quedaban dudas – el reinado del fondo mundial.
En segunda posición acabó el también etíope Birhanu Legese, con 2:02:48, lo que convierte la carrera en la tercera maratón más rápida del mundo. Tercero fue Sisay Lemma, con 2:03:36.
En mujeres se impuso la etíope Ashete Bekere, con una marca de 2:20:14, seguida por su compatriota Mare Dibaba, con 2:20:22. La favorita, la keniana Gladys Cherono, no pudo lograr su cuarta victoria en la capital alemana.
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