"Me dijeron que no volvería a caminar ¡y hago una hora diaria de bicicleta!", afirma esta centenaria gallega. Practica su particular mindfulness: pedalear mientras reza el rosario. Se casó por amor con 27 años, crió a tres generaciones y cultivó su propia huerta: "Veo el mundo peor; la vida ya no es tranquila como antes", dice.