El Barça se la pegó en el último partido del año. El Eibar, que nunca había puntuado en el Camp Nou, hizo sangre de un equipo con muy pocas ideas y al que parece que ya no le funciona ningún sistema. Se echó en falta el liderazgo del capitán Messi y ni siquiera el fulgurante regreso de Dembélé fue suficiente. Este equipo no tiene manera de reengancharse a la Liga. Cuando da un paso adelante, lo pierde después con dos atrás.Koeman repitió sistema pensando en superar por bandas la alta presión del Eibar y porque le había funcionado en Valladolid. Pero duró 45 minutos, fue un drama de primera mitad.

El brillo de Dembélé no bastó para desatascar a un preocupante Barça (leer noticia)