EL FÚTBOL ES ARTE

El liderazgo de Neymar

Neymar incrementó su presencia en el juego y, por primera vez, fue la referencia

Neymar incrementó su presencia en el juego y, por primera vez, fue la referencia / sport

Xavi Torres

COINCIDENCIA en la opinión pública y en la publicada sobre el partidazo de Neymar ante el Rayo Vallecano. Cuando un futbolista marca cuatro goles, asume el lanzamiento de dos penaltis que, además, ha provocado él mismo y da una asistencia a un compañero para una quinta diana, es evidente que la valoración de su partido debe entenderse como excelente. ¿Fue por fin Neymar el líder que espera el barcelonismo? Sin Messi, ¿dio el brasileño el paso adelante que el equipo necesita? La respuesta es sí. El brasileño se pareció más al ‘10’ de Brasil que al ‘11’ del Barcelona.

Dos premisas: una, las dos semanas sin selección le hicieron llegar al partido en un óptimo estado físico y anímico ‑con más ganas de jugar que nunca-; dos, el fútbol del Rayo es ideal para él, con multitud de espacios a la espalda de la defensa rival para contraatacar y continuas opciones de uno contra uno a campo abierto. El resultado es evidente: el rendimiento del brasileño fue espectacular. Sin embargo en lo que nos vamos a fijar tiene más a ver con el juego que con los goles. Por primera vez esta temporada Neymar fue la referencia de su equipo. Salvando momentos en el Calderón (3ª jornada de Liga: At. Madrid, 1- Barça, 2, con Messi jugando la última media hora y solucionando el encuentro) e instantes ante el Sevilla (7ª jornada: Sevilla, 2- Barcelona, 1, ya sin el argentino en el campo) el brasileño nunca había asumido lo que se le supone. El del Rayo fue el cuarto partido sin el crack argentino, pero ni ante el Las Palmas ni Bayer Leverkusen ni Sevilla se vio el liderazgo de Neymar.

Veamos: su media de intervenciones en lo que va de temporada es de 53 por partido. La de Messi, 70, una cifra muy lejana a la de sus tiempos con Pep Guardiola (entre 90 y 100) en la que el equipo vivía más de la posesión. Ante el Rayo, Neymar llegó a las 77 intervenciones, su mejor cifra de la temporada y lejana de las tristes 22 ante el Celta o 44 ante el Las Palmas. Esas 77 veces que entró en juego es, en toda regla, un “estoy aquí, darme el balón, ya pienso y ejecuto yo”. Si, además, todo sale bien, la actuación se convierte en exhibición.

¿Flor de un día o madurez definitiva? Veremos. Es evidente que Messi come terreno a sus compañeros a base de calidad y personalidad, pero sin él Neymar debe ejercer de maestro de ceremonias. Sí o sí. Lo contrario supondría una decepción imperdonable para el barcelonismo. Y que conste en acta: desde esta tribuna no se pide que repita el fenómeno Messi porque eso es imposible pero sí que aparezca en el juego de manera continuada y aporte la luz al fútbol del Barça que sólo tienen los elegidos.