Sin el nombre de Israel por la Volta

Se distingue la ausencia en la pintura de los coches y autobuses del conjunto de Chris Froome

Froome, pensativo

Froome, pensativo / AFP

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Sin el nombre de Israel corre el equipo de Israel. Y es que no está el horno para bollos. Se distingue la ausencia en la pintura de los coches y autobuses del conjunto de Chris Froome, que al igual que la denominación del país que promociona, tampoco ha acudido a la Volta. El Israel-Premier Tech es una de las escuadras de equipos profesionales que recorren las carreteras ciclistas cuando hay una carrera profesional como es la Volta, la prueba que ahora nos ocupa.

Tourmalet por Sergi López Egea.

Tourmalet por Sergi López Egea. / -

Todos tratan de que los diseños, los logos de los que ponen la pasta, se distinga lo mejor posible, que se vea por todas partes, desde el pelotón hasta en el techo de los coches cuando sobrevuela el helicóptero de televisión. Israel, como desgraciadamente en muchas otras causas, rompe la norma. Predomina la distinción del segundo patrocinador, Premier Tech, una empresa canadiense especializada en residuos de aguas. De Israel sólo se ve una estrella de David, de diseño, confundible con cualquier otra estrella, que bien podría ser una Michelin o similar porque habría que ser un genio para descubrir que se trata de la identificativa con la bandera del país.

Los corredores, eso sí, llevan el nombre de Israel en el pecho, ahí donde el cuerpo se hunde sobre el cuadro de la bici para buscar la posición más aerodinámica cuando se busca la velocidad. Sólo se aprecia si levantan un brazo porque ganan una etapa, tal como hizo Nicholas Schultz este lunes en Sant Feliu de Guíxols. Y también en una de las piernas del pantaloncillo que ahora llevan todos los ciclistas, porque lo del ‘coulote’ y el ‘maillot’ empieza a pasar a la historia.

Ahora todos visten un traje de buzo con una pequeña cremallera por debajo de la cintura que sirve para lo que sirve, fácil de imaginar cuando entran las ganas de ir al baño. Si se pone de moda, será una terrible condena para los cicloturistas que pueden guardar, gracias al ‘coulote’ que hace de faja, las vergüenzas de los michelines cuando sacan las bicis del trastero o el balcón de casa.

La Unión Ciclista Internacional (UCI) retiró la licencia al Gazprom, el único equipo ruso profesional, después de la invasión de Ucrania en 2022. Los corredores, la mayoría extranjeros, se tuvieron que buscar la vida y encontrar acomodo en otras escuadras.

El Israel no ha tenido ningún problema para competir, estará en el Tour este año al igual que ahora en la Volta donde no participa como invitado de la carrera sino porque la organización catalana tiene la obligación de admitirlo.

Las autoridades policiales europeas recomendaron al conjunto israelí que borrase todas las inscripciones relativas al país en los autobuses, furgonetas y coches de su parque automovilístico por cuestiones de seguridad y en todas las carreras en las que participa -la Volta no es una excepción- disponen de una discreta protección. Y así lo han hecho, casi acuden a las carreras de forma invisible.

En competición, sin embargo, corren sin ninguna restricción y, además, lo hacen al lado de equipos con patrocinio árabe total o parcial, como el UAE y el Bahrein. Y la UCI nunca se ha planteado imponerles algún tipo de peaje por la guerra de Gaza. Simplemente predomina la seguridad y alguna protesta esporádica en las cunetas de las carreras.