Sky domina el Tour

Geraint Thomas y Chris Froome, en el podio de París

Geraint Thomas y Chris Froome, en el podio de París / AFP

Jonathan Moreno

En apenas una década de existencia, el equipo Sky se ha encumbrado a lo más alto del panorama ciclista internacional. Gestado en 2010 y bajo el patrocinio de una de los medios de comunicación más potentes a nivel mundial, los británicos han impuesto su hegemonía más allá del Canal de la Mancha, venciendo seis de los últimos siete Tour de Francia y añadiendo la dificultad de hacerlo con tres corredores diferentes. Ese era su cometido, y lo han acabado cumpliendo. 

Muchos especialistas se preguntan dónde reside el truco. ¿Qué hace diferente al Sky del resto de equipos UCI World Team? La respuesta parece tenerla sir Dave Brailsford, piedra angular del proyecto de los británicos. Los éxitos del Sky no se entenderían sin el ex director técnico de la Federación británica de ciclismo. De carácter metódico y estudioso de la ciencia, Brailsford ha revolucionado el mundo de las dos ruedas en las Islas. En 2008, en los Juegos Olímpicos de Pekín, el equipo de ciclismo en pista, bajo su tutela, consiguió catorce preseas -ocho de ellas de oro-, lo que le valió el reconocimiento de la reina Isabel II, quien le condecoró como Comandante de la Orden del Imperio Británico. 

Es ahí donde Brailsford empezó a sentar las bases de su proyecto de ciclismo en ruta. Corredores como Bradley Wiggins hicieron el salto al pavimento de su mano. Y le salió a pedir de boca. ‘Wiggo’  llegó al prólogo de Lieja preparado para dar la campanada tras preparar el Tour de forma espectacular. El inglés se impuso en la París-Niza, Romandía y Dauphiné. Todas las miradas apuntaban a ese corredor de 32 años con aires de mod. Wiggins, ayudado por su fiel escudero Chris Froome, se enfundó el amarillo en la séptima etapa, la primera jornada alpina, con llegada a La Planches des Belles Filles. Y sentenció venciendo en el terreno donde mejor se defendía, las dos contrarrelojes. 

Auge de Froome

Las debilidades de Wiggins en la montaña quedaron enmascaradas por el trabajo infatigable de un gregario que empezaba a granjearse la confianza de Dave Brailsford. Chris Froome sacó los colores a su jefe de filas en muchas etapas de 2012, lo que hizo saltar chispas entre ellos. La bicefalia del Sky se esfumaría de un plumazo en la edición del año siguiente. Chris Froome se exhibió en la subida a Ax 3 Domaines, venciendo la etapa y colocándose como líder de la general. El británico ya no cedería el jersey amarillo hasta los Campos Elíseos. El gregario había cambiado su rol a jefe de filas. 

Una doble caída en 2014 privó al corredor nacido en Kenia de revalidar título. Froome se bajó de la bicicleta camino del temido pavés de Roubaix. Magullado y desolado, el ciclista del Sky cedía su trono a Vincenzo Nibali.

Puesta a punto en el Teide

La concentración anual en Tenerife sirve al conjunto británico para afinar las piernas de cara a la temporada. El trabajo extenuante en altura es una de las claves del Sky, que recuperaría el trono en 2015 de la mano de Froome. Con un presupuesto para incorporar a lo más granado del pelotón, los de Brailsford han impuesto desde entonces su tiranía. El resto de equipos no se atreven a desafiarles y, cuando lo hacen, su esfuerzo es en vano. El jefe de filas siempre va bien respaldado y este año le ha tocado a Geraint Thomas comprobarlo. Bernal, Kwiatkowski, Castroviejo, Poels, Rowe y Froome han contribuido al éxito del galés.