Isabel Llano, la guía del cambio

Isabel Llano, protagonista

Isabel Llano, protagonista / David Castro

Carme Barceló

Carme Barceló

Cuando hace unos años dio el paso de transformar lo imposible en posible, su vida cambió en todos los sentidos. Escribirlo es fácil. Conseguirlo, muy difícil. Detrás del cambio vital de Isabel Llanos, @isasaweis para los amigos de las redes, se esconden muchos años en los que se había encerrado en sí misma a todos los niveles. “No había salido a correr jamás -reconoce- ni sabía lo que era una zapatilla allá por el 2015. El primer día no corrí ni una calle. El segundo casi no salí de casa pero me forcé. ¿Mejor? Para nada. Necesitas tiempo y, sobre todo, disciplina. Fui sumando poco a poco y lo que me motivaba era recordar como me sentía después: empoderada, fuerte y con ganas de comerme el mundo”.

Siete años después, Isabel es otra. Ha decidido plasmarlo en un libro, Come de todo, entrena conmigo y cambia tu vida, en el que se muestra auténtica y sencilla. Y real, muy real. Trucos de estilo de vida, recetas y videos de rutinas deportivas mediante códigos QR son su última propuesta literaria. “Si yo he podido, cualquiera puede. Odiaba los gimnasios. Nivel de disciplina y constancia, cero. No me veía capaz. Empecé a subir cositas a youtube, la cosa fue creciendo y dejé lo que hacía para introducirme en un mundo nuevo”, explica. Sus primeros libros fueron de recetas -“las de mi familia, que son lo más”- y reconoce que la gastronomía es su gran pasión. “Hay gente que vuelve de los viajes con imanes y tazas. Yo llevo la maleta llena de libros de cocina”, confiesa Isabel. En esta última publicación comparte algunas de ellas, “muy ‘sencillinas’ y que todo el mundo puede hacer”. Astuariana de pro, admite que “soy muy futbolera. Desde muy niña iba a ver cada quince días al Sporting y también soy fan del Real Madrid. Convivo con un culer y en mi pandilla casi todos eran del Barça pero lo llevo muy bien”. También ha aprendido mucho a nivel emocional. “Para vivir el hoy hay que echar fuera el pensamiento que te lleva a preocuparte más allá y eso también se entrena”, concluye. Ha hecho suya la frase de Escarlata O’Hara en Lo que el viento se llevó -“ya lo pensaré mañana”- y le funciona. Ya lo creo que sí.

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