Esmeralda Moya: "Los valores del Atleti valen para el fútbol y para la vida"

Esmeralda Moya, seguidora del Atlético

Esmeralda Moya, seguidora del Atlético / David Ramírez

Carme Barceló

"A la izquierda. Ahí jugaba yo en el Lapicero. Y lo ganábamos casi todo”. Pocos saben que Esmeralda Moya, una actriz muy popular que ha participado en innumerables series, jugó hasta los 15 años a fútbol sala. Se emociona recordando a “Marta, nuestra entrenadora, todo un referente para aquellas niñas que hacían algo poco común. Si hoy reivindicamos mayor visibilidad y medios para el fútbol femenino cuando ya lo están retransmitiendo por televisión, imagínate hace veinte años. No era fácil pero mis padres me apoyaron siempre y yo iba feliz a entrenar, ganábamos ligas y aún hoy mantengo contacto con muchas de mis compañeras”.

Empezó a jugar porque en la familia “todos son chicos. Mi hermano, mis primos... O me integraba o me quedaba sola. Mal no debía hacerlo porque incluso me llamaron de algún equipo para jugar con niños”.  Colgó las botas pero no la pasión por este deporte, que hoy practica con su hijo que “a veces se queda alucinado viéndome jugar y se lo dice a sus amigos. ‘¡Mirad lo que hace mi madre!”. Con él se pone la camiseta rojiblanca y juntos van a ver a su Atleti. “Soy atlética y siempre lo seré”, asegura Esmeralda. 

VALORES Y AFICION

A la actriz se le escapa el plural cuando habla de su equipo. Intenta corregirlo, utiliza el singular, pero a la segunda frase la traicionan el inconsciente y el corazón. “Espero que hoy sumen los tres puntos ante el Real Madrid porque tenemos un equipazo -asegura- y lo estamos demostrando. Soy del Atleti porque me gusta la afición, siempre animando y apoyando se pierda o se gane, y los valores que proyecta. Dejarse la piel, luchar, nunca dar nada por perdido... Eso vale para el fútbol y para la vida. Y eso es el Cholo y el equipo”.

Para Esmeralda que “el club haya apostado siempre por el fútbol femenino es otra de las razones por la amo estos colores”. Echa de menos practicar deportes de equipo o de riesgo pero “mi profesión no me lo permite. O bien estoy mucho tiempo fuera de casa rodando o, si estoy en casa, debo cuidarme por si acaso sale un trabajo. Total, que he optado por correr. Unas zapatillas caben en cualquier sitio, puedo hacerlo sola o acompañada, aquí o al otro lado del mundo.

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