Maldito diario: Yaundé, 18 de enero de 2022

Yaundé, 18 de enero de 2022

Querido diario. Desde hace unos días la emoción me embarga. Je, tiene gracia que use esta expresión cuando acabo de entrar en la lista de morosos de Hacienda. Casi un millón de euros dicen que debo. Bueno, me preocuparía si no fuera porque no soy el único de la lista. Si hasta Dani Alves está en ella. Y míralo, tan tranquilo, jugando en el Barça, como si no debiera otro milloncito más. Cuando veo a Dani en el campo y a Jan en el palco, pienso que las cosas no han cambiado tanto en una década, y que yo también estoy para jugar. ¡Solo hay que verme!

¿Que igual he perdido esa velocidad que me caracterizaba y esa legendaria capacidad de dejar atrás a los que me perseguían? Está claro; si no, Hacienda no me hubiera pillado. Pero el instinto permanece ahí. Sigo siendo un tipo ganador. ¿Te he hablado ya de mi último éxito? A eso iba cuando te decía hace un momento que me embarga la emoción, porque desde hace unos días soy el nuevo presidente de la federación camerunesa de fútbol.

Después de dárselo todo a mi país como jugador (siempre dispuesto a todo… excepto cuando había que lanzar un penalti decisivo), ahora podré hacer lo mismo desde los despachos. Estoy preparado: he pasado un tiempo formándome y me he sacado un título en Comercio Internacional. Desde que fiché por el Anzhi a cambio de una millonada supe que era lo mío. Lo de convertirme en estudiante sí que fue un cambio radical en mi vida: en pocos años he pasado de compartir vestuario con Motta o Materazzi a estudiar en la universidad.

Si eso no es progresar en la vida, yo ya no sé. Hablando de progreso, nuestra selección ya está en cuartos de final de la Copa África que organizamos en casa. No está mal para ser mi debut como mandamás de la federación. De momento, hay críticas al torneo porque los estadios están medio vacíos y se marcan pocos goles. Será que ya se nota mi mano: he conseguido que todos los partidos parezcan protagonizados por el Barça.

Samuel E.