El amor y las monjas de clausura: ¿Qué sucede si se enamoran de alguien estando en el convento?

¿Cómo tendrían que actuar ante esta situación?

¿Qué ocurre si una monja de clausura se enamora?

¿Qué ocurre si una monja de clausura se enamora? / SPORT.es

Ser monja es una elección que no muchas personas están dispuestas a tomar. Y es que esta forma de vivir la vida cierra la puerta a muchos aspectos como renunciar al amor en pareja y a formar una familia, entre otros. No es nada fácil tomar esta decisión, pero todas ellas lo hacen porque escogen el amor de Dios.

Pero la vida no es lineal y a veces nos sorprende de maneras que no esperábamos. En la vida de las monjas esto no es diferente, ya que también son personas y tienen sentimientos, por eso son muchas las personas que se preguntan: ¿qué ocurriría si el día de mañana se enamoraran mientras están en el convento?

Gracias a las redes sociales y al perfil de Sor Marta, en TikTok @sormarta.osb, podemos conocer más detalles sobre la vida de las monjas de clausura. La hermana detalla en sus vídeos su día a día y responde a las preguntas que los usuarios le plantean.

En una de sus últimas publicaciones, la hermana ha aclarado las dudas de un seguidor sobre qué ocurriría si se enamora. "Soy monja, pero también una persona de carne y hueso. Puede ser que surja un enamoramiento", ha afirmado de forma clara.

Además, ha querido aclarar que ante esta situación "hay dos opciones". "Por un lado, tendría que ver si es algo momentáneo. Soy humana y tengo sentimientos, pero creo que mi vocación es ser monja entonces voy a permanecer fiel y voy a cortar cualquier contacto con la otra persona para no alimentar nada", señala.

Pero, si este amor sigue hacia adelante, se tiene que seguir con un procedimiento: "Debo discernir si realmente es Dios el que me está llamando a compartir mi vida con esa persona. Tendría que reconocer que todo lo que he vivido en el monasterio, en cierta manera, ha sido un error. Hay que tener en cuenta que la vocación del Señor es desde siempre y para siempre".

Si a una religiosa le ocurriese esta situación, tendría que escribir a Roma "pidiendo la dispensa". Pero la hermana Marta concluye hablando por su experiencia: "Personalmente, si esto me ocurriese, confío en que seguiría en el monasterio".